Blog de Ignacio Fernández

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domingo, 6 de noviembre de 2011

Crónica profesional y laboral


     Las crónicas de La Crónica abarcan un panorama tan amplio al menos como secciones, fechas, noticias, viñetas o fotografías que en su historia han sido. Añadir a ese índice un capítulo con perspectiva laboral o profesional puede parecernos quizá menor para tanta gloria como seguramente se recogerá en el cuaderno de los 25 años. Ahora bien, si convenimos en el papel decisivo que las personas juegan en toda empresa, por más que en ocasiones resulten poco apreciadas, entonces no podrá sernos ajena la peripecia de nombres que por el periódico han transitado durante estos cinco lustros. Honremos, pues, con ese motivo a los hacedores de prensa, los consagrados y los anónimos, los idos y los permanecidos, necesarios todos para la elaboración diaria de este portavoz de nuestro existir social.

     En lo profesional, que es palabra bien connotada, lo que sabemos es que La Crónica, por sí sola o en compañía de otros apellidos, ha sido durante estos años una auténtica escuela de periodismo. Si bien es cierto, como diremos luego, que el periodista es un ser obligado en nuestros tiempos a la itinerancia, ello arroja no obstante un resultado positivo que no debe pasársenos desapercibido. No es casual que en este 2011 los tres directores de los diarios provinciales hayan trabajado y se hayan formado antes en el periódico de referencia; como tampoco lo es que desde el mismo se haya nutrido, bien a otros medios de comunicación, bien a otros gabinetes al efecto; o que desde sus páginas de tacto tosco y sucio de tinta algunos hayan dado el salto hacia otros papeles más nobles e incluso literarios. Es un mérito que le cabe a este periódico y justo es reconocerlo en el momento de los aniversarios.

     Sin embargo, por lo que hace a lo laboral, que resulta ser un término mucho más pedestre que el anterior y casi hasta desprestigiado en medio de tanto impulso emprendedor, La Crónica no se ha escapado ni se escapa del sino común al sector de la comunicación. Al margen de que la época fuera de expansión o, como ahora, de depresión –que de todo ha habido en la viña de este diario-, los vaivenes entre su personal no sólo lo han sido por un paso a mejor vida, sino que en muchos casos son fruto de la inestabilidad en este tipo de empleo. Además, esa precariedad laboral existente en los medios de comunicación en general puede condicionar la libertad de opinión y de crítica y, en consecuencia, poner en riesgo los valores democráticos y la necesaria pluralidad informativa y de opinión a la que tiene derecho la ciudadanía. Pensemos, por ejemplo, que los medios de comunicación españoles han perdido en lo que llevamos de 2011 más de mil empleos, una cifra que triplica la correspondiente a todo 2010.

     Mas, en fin, los cumpleaños, sobre todo aquellos tan redondos como el que aquí nos ocupa, no sólo son útiles para evaluar el pasado; sirven también, y es oportuno que así sea, para avanzar propósitos de futuro. En tal sentido, desde un punto de vista sindical, creemos que para La Crónica y para el conjunto de medios de comunicación sería buena la atención de las instancias de control administrativo y laboral para evitar situaciones de precariedad o irregularidades que cuestionan incluso la viabilidad de las empresas; igualmente, la promoción de una Mesa sobre la situación de los medios, compuesta por el Gobierno, las partes implicadas y los agentes sociales, que promueva medidas para reforzar esa viabilidad; y, por último, avanzar y consolidar un modelo de radio, televisión y nuevos servicios de comunicación que cumpla con sus funciones de servicio público de calidad, respetando los derechos laborales. Son sugerencias humildes para que dentro de otros veinticinco años volvamos a tener ocasión para celebrar un aniversario tan relevante como este en un periódico al que todos estimamos.

Publicado en La Crónica de León (especial 25 aniversario), 6 noviembre 2011

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