En
vísperas de elecciones generales, saturados de anuncios de futuro, duras
realidades del presente y ecos sórdidos del pasado, y con el empleo grabado
como una patente de corso en todos los programas electorales, desde el lado siniestro
se nos ocurre echar también una ojeada sobre un aspecto en liza que no
debiéramos pasar por alto. Hemos sabido recientemente que sólo el 24% de los
españoles ha cursado o cursa formación profesional, frente al 47% de la media
de la Unión Europea, lo que representa la tasa más baja de toda la Unión. A
pesar del impulso incuestionable que supuso para estos estudios la aprobación
de la LOGSE en 1990, lo que también es evidente es que ningún gobierno
posterior, ni del PSOE ni del PP, ha sido capaz de modificar notablemente el
mapa escolar ni nadie ha querido reconocer en este déficit una de las razones
de nuestra actual situación económica y laboral. Porque tenemos que saber así mismo que en materia de desempleo
juvenil, con una tasa escandalosa cada día más próxima al 50%, resulta que
dicha tasa entre los menos formados duplica a la de titulados en FP o
universitarios, y que, según la Encuesta de Población Activa, normalmente las cifras se atenúan cuanto más cerca se está
de una adecuada capacitación laboral. Cierto es que la Formación Profesional no
solucionará por sí sola ni nuestros problemas colectivos ni los individuales,
pero también es verdad que, dando por hecho que el capitalismo no sea un
cadáver y nosotros sus restos, la recuperación, de haberla, habrá de venir
también y sobre todo de ese lado. Mucho más todavía si nos damos cuenta de que en
2020 la mitad de todos los empleos en Europa requerirán, al menos, una
formación secundaria postobligatoria, lo que habrá de suponer necesariamente el
final de los empleos de baja cualificación en la Unión Europea, o lo que sea
eso entonces. Es un horizonte que se escapa de estos comicios, pero que en
ellos hunde sus raíces. Para bien o para mal.
Publicado en La Crónica de León, 18 noviembre 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario