Blog de Ignacio Fernández

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martes, 17 de diciembre de 2013

Concertinas


     En medio de la polémica estéril sobre si las cuchillas de la valla de Melilla hieren, desgarran, cortan o simplemente disuaden, como se empecina en repetir el Ministro del Interior, hete aquí que es bueno saber que todos tenemos nuestras particulares concertinas. Por ejemplo, esos datos afilados que conocemos de día en día y que se enredan alrededor nuestro como alambradas para separar la simple realidad de los humildes de la que disfrutan los afortunados. Entre estos últimos se encuentra el Gobierno, naturalmente, junto a un 10% de la población que sabe sacar provecho de los ríos revueltos y algo más del 4% del sector empresarial y financiero. Todos ellos, aferrados a grandes cifras que no están al alcance de cualquiera, pregonan optimismo e incluso alborozo. Por el contrario, los del otro lado de la valla lo que tenemos es un rosario de noticias que nos siguen cortando el aliento como poco, y cada una de ellas nos abre una nueva llaga sobre un cuerpo que no conoce sosiego.

     De entre esas concertinas recientes, merece la pena resaltar las siguientes: según el INE, el 40% de los españoles tiene problemas para pagar productos esenciales, como comida, ropa y medicamentos; la misma fuente advierte de que el 21,6% de los españoles está por debajo del umbral de la pobreza y que la mitad de las personas con discapacidad no cuenta con ayuda; las mujeres siguen cobrando de media un 16,2% menos que sus colegas varones en España, según datos de 2011 publicados por la Comisión Europea; en los 10 primeros meses de 2013 el consumo eléctrico bajó el 2,5%, lo que confirma la debilidad de nuestra actividad industrial; el crédito a las familias sufre en octubre la mayor caída en 18 años y la tasa de morosidad alcanzó en septiembre el 12,68%, la más alta de siempre.

     También la provincia leonesa tiene sus datos hirientes, es decir, sus concertinas: la caída de población, de la activa en particular sobre todo, que nos asegura la pérdida definitiva del futuro, si es que hay vida al otro lado de la valla.

Publicado en La Nueva Crónica, 17 diciembre 2013

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