Blog de Ignacio Fernández

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domingo, 8 de diciembre de 2013

Heart of gold


     Acierta Diego A. Manrique cuando afirma que “la música ha empequeñecido hasta hacerse invisible: un MP3 carece de presencia, de relieve, de capacidad de fascinación. Resulta difícil construirse una mística cuando cualquier presencia en público es recogida por cámaras de baja calidad y conservada en You-Tube”. Para algunos no será fácil compartir esta idea, pues su mundo no ha sido otro que el digital evanescente, pero quienes nos hicimos consumidores de música en aquellas máquinas luminosas y en aquellos singles de vinilo con portadas para fetichistas no podemos pensar ni sentir de otro modo. No se trata de que cualquier tiempo pasado fuera mejor, sencillamente fue distinto y, desde luego, contaba con elemento hoy perdidos o nada estimados. De tal manera que para cerrar esta serie dedicada a las canciones del jukebox no queda otro remedio que volver sobre los orígenes y cerrar el ciclo a través del reencuentro con la primera entrega de la colección.

     Por aquel entonces, según dejamos anotado hace ahora un año en esta misma ventana, juntas solían sonar seleccionadas Whole lotta love de Lez Zeppelin y Heart of gold de Neil Young; incluso a veces nos estirábamos con American pie de Don McLean, formando así una trilogía que ha quedado grabada en el ADN de nuestra educación musical y sentimental. No hubo motivos aparentes o confesables que nos hicieran desembocar en esta elección y tampoco hoy buscamos en nuestro inconsciente ninguna razón que lo explique, si bien basta repasar el texto del canadiense para que los años nos iluminen un poco: “Y me estoy haciendo viejo. / Eso me mantiene buscando / un corazón de oro. / Y me estoy haciendo viejo (…) Tú me mantienes buscando / un corazón de oro”. Al cabo, pues, nada hay más dorado, más brillante que el cancionero que confeccionamos andando el tiempo y la historia. Él nos explica del mismo modo que lo hacen nuestro repertorio de lecturas, de películas y de amores. Así somos. Lo demás es decorado.

     Y ahí está Neil Young, imperturbable, pariendo discos como si tal cosa. Eso sí, nuestra canción de hoy fue algo así como un rubicón a partir del cual el rumbo fue otro. Lo reconoce el propio músico cuando declara que “esa canción me puso en ruta”, como a nosotros. Su éxito comercial le intimidó de tal forma que desde entonces se ha negado a tocarla en directo y huyó de todo comercialismo. Hasta el magnate David Geffen llegó a demandarle por grabar “discos de naturaleza no comercial, alejados de lo que previamente le caracterizaba”. En fin, en el jukebox zamorano de nuestro bachillerato sonó hasta el agotamiento y en la actualidad estos nuevos soportes digitales nos la devuelven sin amarillear, como la fuente de la eterna juventud.

     Heart of gold se incluyó en el álbum «Harvest» en 1972 y contó en los coros con las voces de James Taylor y de Linda Rondstant. Según Burhan Wazir, articulista del Times, “es un álbum que evoca a la perfección tanto el mortal optimismo del movimiento contracultural de San Francisco como el creciente cinismo de la generación del Watergate”. Por nuestra parte, quedamos citados en la próxima estación. http://www.youtube.com/watch?v=u925g6CgKuw

Publicado en genetikarockradio.com, 8 diciembre 2013

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