Blog de Ignacio Fernández

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domingo, 3 de agosto de 2014

Kinks / Sade


     El verano es propicio también para las resurrecciones de todo tipo. Los festivales de música, cuestionados o no, y otras giras de temporada devuelven al primer plano de la actualidad a figuras que a veces creíamos para siempre en un olimpo sin retorno. Lo de los Rolling es el paradigma último y casi de toda la vida, podríamos decir. Pero hay más, bastantes más, este verano, cualquier verano.

     Por ejemplo, nos hemos fijado en Ray Davies, que se ha paseado el mes pasado por la geografía española, desde Cartagena a San Sebastián, parece que con cierto éxito. Eso sí, como en muchos otros casos similares, nunca se sabe bien si su buena ventura se debe al vigor presente o al poderoso eco de lo que acumula este padrino del rock británico. Porque, no lo olvidemos, los méritos de Davies son en realidad los méritos de su grupo, los Kinks, cuya trayectoria arranca en 1964 y culmina la que podría ser su época dorada más bien a principio de la década de los 70. No clausuraron ahí su producción, es verdad, pero tengo serias dudas de que lo posterior a aquella era primera les hubiese colocado en el mismo lugar de la historia.

     En suma, que Davies está vivo, o resucitado, e incluso amenaza con una vuelta de la banda a los escenarios, según declaró en la rueda de prensa previa a la 49 edición de Jazzaldia. Está bien, sus canciones seguramente tienen todavía evolución, bien a través de ellos mismos, bien a través de otros, como se ha demostrado con los años. Sobre todo porque eran buenas canciones y eso es lo que a nosotros nos importa, más allá o más acá del culto a las glorias.

     Lola fue y es una de las más bonitas sin duda. Apareció en single en 1970, extraída del álbum «Lola versus Powerman and the Moneygoround, Part One». Desde luego, a su éxito comercial contribuyó tanto la anécdota que la inspiraba –un turbio romance pasajero- como la controvertida referencia a un refresco, que generó regrabaciones de última hora. Pero, aún así, no podemos dudar de los méritos naturales de la canción y de su melodía más que pegajosa. Así lo han entendido al menos grupos que después la han recreado en muy dignas versiones: Madness, Bad Manners y Robbie Williams. Aunque la opción que nosotros hemos elegido es la de otro grupo de vida mucho más efímera y menor fama, la de Sade.

     Fue en 1984 cuando estos tardíos punks valencianos, o algo así, hicieron su aportación más que excelente a la colección de versiones de los Kinks firmadas por numerosos grupos españoles: M-Clan, Los Mustang, Siniestro Total, Los Salvajes y sobre todo (extraordinaria variante del You really got me) Los Cardiacos. Lo de Sade fue tan fugaz que apenas nos queda en la memoria esta grabación hecha para D.R.O. en sus mejores momentos, un maxisingle donde sonaban también Sal de frutas y Alí Mustafá. De todos modos, su interpretación y adaptación al español de Lola es de las que dejan huella.





Publicado en genetikarockradio.com, 5 agosto 2014

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