Blog de Ignacio Fernández

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sábado, 6 de septiembre de 2014

El AVE vuela bajo


     A propósito del presente y futuro del ferrocarril en la provincia de León, dos acontecimientos fueron muy relevantes en la primera mitad de este año: la notable manifestación del 6 de abril en la ciudad de León y la posterior cumbre de organizaciones del Principado de Asturias y de Castilla y León, con las leonesas como núcleo del encuentro. Dos formatos diferentes que colocaron a la provincia en el eje de la reivindicación y que confirmaron la cuádruple vertiente de la misma.

     Conviene recordar, simplificando, ese póquer de reclamaciones planteadas en pie de igualdad, pues nada o muy poco son aisladas las unas de las otras: llegada del AVE en condiciones, integración de los trazados asegurando la centralidad de las estaciones, atención al ferrocarril convencional y mantenimiento del empleo en el sector. Hay que decir que el eco de aquellas acciones y de ese catálogo fue inmediato: reuniones en el Ministerio de Fomento, pronunciamientos institucionales de todo tipo y debates en los tres parlamentos, los dos regionales y el del Estado. También, urgidos además por los calendarios electorales, las obras pendientes tuvieron un notable impulso, aunque no del todo satisfactorio y desde luego con un proceder bastante oscuro.

     Hablamos de insatisfacción y de oscuridad por dos motivos. Lo primero porque las administraciones se han refugiado en un único estribillo, el AVE llegará a León en 2015, obviando el resto de demandas. Lo segundo porque tanto los ayuntamientos implicados como otras instancias superiores han elegido la fórmula del hermetismo. Llegará sí, probablemente, un AVE menguado en un nuevo episodio de nueva provisionalidad, como sus precedentes más desdichados, y ése parece ser el mantra salvador. Nada se ha precisado, por otro lado, sobre la ejecución final del pasillo de vía estrecha, a pesar de unas obras aparentes. Nada se dice nunca sobre el transporte convencional, parte del cual es fundamental en las conexiones provinciales y regionales. Y nada se ha progresado, ni visos hay de ello, en lo que hace a los talleres y otras instalaciones ferroviarias, cuya pervivencia o desarrollo debieran asegurar las potencialidades de un ámbito laboral que siempre fue capital en la provincia. Por lo tanto, las reclamaciones del 6 de abril siguen más que vivas y requieren un nuevo reforzamiento. Básicamente, porque no podemos dejarnos engatusar sin más por el caramelo de la alta velocidad, que es sobre todo un escaparate vistoso para ocultar vacíos de fondo, y porque la opacidad no genera confianza ni alimenta expectativas sólidas.

     Por otra parte, el papel que viene jugando en todo este proceso el Ayuntamiento de León es confuso y desalentador. Hizo bien, a nuestro juicio, su Alcalde al sumarse a la manifestación que le debió dar abrigo y fortaleza en reclamaciones que resultaron ser muy compartidas. Pero desde entonces su andadura es totalmente errática, sometido al eslogan gubernativo de referencia y al parecer ignorando detalles de todo lo demás. Y, lo que es más grave desde el punto de vista del liderazgo político, apartándose del movimiento popular que le acogió y negándose a poner en común cuanto sabe o cuanto desconoce sobre la evolución del asunto. Posiblemente más cuanto desconoce. Más o menos lo mismo que otros alcaldes de municipios afectados por el ferrocarril y sus circunstancias, sometidos en público a la disciplina de partido mientras que en privado alientan las respuestas que otros han de encabezar. Típico modelo de lo leonés.

     Mal negocio se presenta, pues, de cara a las próximas elecciones municipales de mayo. Otros, antes, cometieron el error de parcelar los problemas y atender in extremis  a un solo aspecto de todos ellos, importante sin duda, el del paso a nivel del Crucero; y los votos no les premiaron precisamente. Átense los machos quienes ahora vengan a lucir sólo la llegada del dichoso AVE, con sus fastos incorporados, sin entender, atender ni explicar qué va a ser del conjunto; puede que se encuentren con un resultado parecido. Se puede entender que, por fortuna, la sociedad está politizada y toma decisiones en consecuencia; no hace falta que nadie venga a restar valor ni a insultar esa politización.

     Éste es el contexto en que se inscribe la nueva jornada de movilización propuesta por la Cumbre Social para el próximo día 20 de septiembre en Cistierna. Ni su formato ni otros elementos de la misma son comparables con acciones anteriores, a pesar de mantener el mismo espíritu. Se trata de reavivar el clamor y recordar los objetivos que la sociedad leonesa lleva largo tiempo reclamando. Será también una nueva jornada de encuentro entre personas y organizaciones inquietas, donde habrán de surgir renovadas ideas en las que seguir trabajando durante los próximos meses. Y volverá a ser un reto para los actores políticos provinciales en vísperas de su validación electoral, quienes tendrán en esta cita una ocasión muy oportuna para aclarar la altura de sus vuelos y hacia dónde les conducen. No es poca cosa.

Publicado en Diario de León, 8 septiembre 2014

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