Blog de Ignacio Fernández

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jueves, 8 de enero de 2015

Dylan / Veneno


     Muy generalizada y recurrente es la línea de versiones que se limita a trasladar una canción de una lengua a otra. Hubo un tiempo, década de los sesenta, que resultó muy fecunda en este país y permitió un progreso musical evidente y más que necesario. En realidad nunca se ha abandonado del todo dicha senda, aunque no es un proceso sencillo. También para esto hace falta saber.

     Lo demostraron, sí, numerosos grupos sesenteros y ya lo hemos comentado en otras entregas de este catálogo. Pero no es suficiente con el dominio de los idiomas ni, más modernamente, con un buen traductor en red. Traducir es un ejercicio noble; adecuar lo traducido al ritmo de una nueva lengua es casi algebraico en algunos casos; alcanzar además una sonoridad peculiar añadida, que no sea un simple calco, es ya más que meritorio. Dos ejemplos que nos merecen respeto han sido Conexión de Rolling Stones a Los Cardiacos y Serenade de Steve Miller Band a M Clan.

     Tal y como ocurre con otras literaturas, ese vertido es relativamente más sencillo cuanto más básico es el original, pero el tránsito se complica a medida que la fuente es mucho más personal, estilísticamente compleja o asentada sobre patrones no siempre concomitantes. Tal vez por todas esas razones Bob Dylan ha acabado siendo imitado hasta la saciedad, pero dudosamente versioneado en castellano. Sus textos, tanto los más claros como los más confusos, han generado toda una escuela creativa; también sus poses y en su momento la electrificación del sonido. En realidad nadie, ni de aquí ni de allá, ha escapado de sus influencias. Pero cosa bien distinta, como venimos diciendo, es conseguir una versión precisa, respetuosa e innovadora a la vez. Y, sí, hay un buen caso que no podemos eludir en nuestra sección y que motiva este capítulo.

     Bob Dylan escribió Stuck Inside Of Mobile With The Memphis Blues Again en 1966 y fue incluida inicialmente en el álbum «Blonde on blonde». El momento de su evolución ya se había producido un año antes y el paso del folk desnudo hacia fórmulas abiertas al rock, al blues y a otros géneros musicales era ya un hecho. No perdía con ello ni un ápice en su riqueza como compositor, pero sumaba rasgos estilísticos novedosos. En suma, no estábamos ya ante un Dylan simple en sus bases melódicas; de hecho, en su grabación intervino un muy elevado número de músicos hasta que se alcanzó el resultado perseguido. Por lo que hace a las letras, se dice que constituyeron una “mezcla única entre lo visionario y lo coloquial”.

     He aquí, pues, la complejidad a la que se enfrentó y superó Kiko Veneno cuando se puso a la tarea de traducir, arreglar, adecuar el tema y llevarlo hasta su peculiar Memphis blues again, incluida dentro del disco «Está muy bien eso del cariño» en 1995. No cabe duda, al escucharla, que esos dos adjetivos, visionario y coloquial, fueron la guía del músico español; tampoco cabe duda de que su reambientación en lo hispano peninsular acertó en arreglos y acompañamientos; y, en fin, quién puede cuestionar que la versión es auténtica como ella sola. ¿Acaso Dylan va a venir a enmendar la plana? Pues eso: hay que saber.

Publicado en genetikarockradio.com, 8 enero 2015

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