Blog de Ignacio Fernández

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domingo, 3 de mayo de 2015

Trabajo, quiero trabajo


“Trabajo, quiero trabajo; / ¿por qué esto no puede ser?”. Así reza un conmovedor cantable del también muy conmovedor folclorista argentino Atahualpa Yupanqui [https://www.youtube.com/watch?v=rn5cKntxKIU], a quien colocamos hoy con toda justicia en el prólogo de esta edición de Moderato Cantábile. La decisión se entenderá mejor si conocemos que Yupanqui, el apellido de su seudónimo, significa en lengua quechua el que viene de lejanas tierras para decir algo. Y eso es lo que pretendemos nosotros a propósito de este mes de mayo en que salimos al aire, decir algo sobre uno de sus principales contenidos, el trabajo, al que se consagra el día primero de este mes.

Pues sí, el 1º de mayo es todavía el Día de la lucha internacional por la obtención de las reivindicaciones obreras. La fecha está relacionada con la conmemoración anual que realiza la clase obrera en recuerdo de los trabajadores que fueron detenidos y ejecutados en Chicago el 1 de mayo de 1886, con ocasión de la lucha que mantenían por la jornada laboral de ocho horas diarias. Qué lejos parece todo eso, ¿no? Y, sin embargo, qué necesario resulta, en esta sociedad frágil de memoria, volver constantemente sobre esos hitos históricos, recordar de dónde venimos y motivar nuestro progreso. O evitar el regreso al pasado, como nos ocurre a lo largo de los últimos años.

Pues bien, para honrar al mundo del trabajo y sus circunstancias, hemos seleccionado un álbum de canciones diversas que lo tienen a él como asunto a tratar desde los más variados puntos de vista. No son pocos, como podrá comprobarse, todos ellos jugosos, y podremos así darnos un paseo por un mercado laboral de día en día menos valorado y más precario. La música, por fortuna, nos proporciona tonos inesperados con los que soportar esos malos tragos.

De modo que, empezando por el principio, que es lo que procede, habremos de situarnos en aquellos tiempos en que el trabajo y sus artes constituían un capítulo importante del cancionero. No había labor que no fuera cantada ni considerada en términos rítmicos, pues el canto unía y facilitaba o relativizaba las tareas. Sucedía así con la trilla, como canta el extremeño Pablo Guerrero en sus Cantares de trilla [https://www.youtube.com/watch?v=91OtiAFFM_U]; con la siega y la recogida de la aceituna, como hace María del Mar Bonet en Tonades de segar y Tonada de collir olives [https://www.youtube.com/watch?v=G1_DDNLQd3s]; con los sonidos perdidos del afilador, como lo interpreta el gallego Carlos Núñez en Canto de afiador [https://www.youtube.com/watch?v=u6mmzffMGMs]; y con los penares de la mina, como continúa haciendo el grupo chileno Quilapayún en Canción del minero [https://www.youtube.com/watch?v=RN84_w7XqYY].

Porque otro capítulo denso dentro de este catálogo laboral es precisamente el de los oficios, a cuya exaltación o pura descripción se entregan muchísimas canciones. Algunas de ellas bastarán como muestra: El pescador de la boliviana Totó la Momposina [https://www.youtube.com/watch?v=uTMKUfiWl0s]; La funcionaria del dúo vanguardista Vainica Doble [https://www.youtube.com/watch?v=YyCSGERVAuM]; Guardia forestal del grupo sevillano Pony Bravo [https://www.youtube.com/watch?v=ZhddlnXnIWA]; Arponera de Esclarecidos [https://www.youtube.com/watch?v=v2fX4oehnjE]… Canciones todas, como aquellas hechas a la antigua usanza, que siguen repitiendo defectos o virtudes de esas profesiones y que podemos coronar con una composición coral grandiosa, la que hizo Carlos Cano en su Murga de los currelantes [https://www.youtube.com/watch?v=2Zt78oz0omk].

Y es que, así como Cano se sirve del mundo del trabajo para elaborar una obra reivindicativa de amplio espectro, otros han echado también una ojeada a ese mismo mundo para no dejar títere con cabeza. Fue el caso de Antón Reixa con sus Obreiros, magnífica pero ausente en la red; de Def con Dos y su corrosiva Trabajando para Dios [https://www.youtube.com/watch?v=YbxkN03l6Mw]; o, mucho más lírico, de Luis Pastor y La huelga [https://www.youtube.com/watch?v=SiJgl5gvYvI]. Aunque, claro, ese ácido tiene también su contraste en otras propuestas mucho más costumbristas o sentimentales, tal y como puede apreciarse en Caminito de la obra de Joan Manuel Serrat [https://www.youtube.com/watch?v=lst7Yv9b5aE] y en Cuando voy al trabajo de Víctor Jara [https://www.youtube.com/watch?v=ryra9ltm1lg].

Bien, resta un único apartado para completar este recorrido cantado por los trabajos y sus días, el que protagonizan aquellos que directamente rechazan esta actividad, sea la que sea y como sea. Desde que en el origen de los tiempos se le ocurrió a alguien –supremo, dicen- sentenciar que ganaríamos el pan con el sudor nuestra frente, hizo del trabajo el objeto de una maldición y no fue una buen idea, ni mucho menos. Sobre todo, consagró el verbo competir en lugar del infinitivo compartir, y así nos va desde entonces. De modo que, aunque sólo sea como un acto de rebeldía contra ese designio cabrón, he aquí dos cantos absolutamente imprescindibles: No me hagas trabajar, papá de los lacianiegos Piñón Fijo [https://www.youtube.com/watch?v=j7yL4xDEWdk] y Criaturas tropicales de Los Cardiacos [https://www.youtube.com/watch?v=vimnfGPpaq8].

De manera que así es también el mes de mayo. Mes de flores y de vírgenes, sí, mes de isidros y de francesadas, mes de madres y de romances, pero mes del trabajo al fin y al cabo. Como todos los meses, menos el de vacaciones, que es otra conquista laboral de la clase trabajadora a la que nada le ha sido otorgado. Además, éstos como otros derechos no se heredan; hay que ganarlos de generación en generación. Así que, según está el patio, mucha tela habrá que cortar en la reivindicación y en la pelea. Naturalmente, con una canción por bandera siempre, que es la principal enseñanza de Moderato Cantábile. Salud.

Publicado en Saba 11, mayo 2015

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