Blog de Ignacio Fernández

Blog de Ignacio Fernández

domingo, 21 de mayo de 2017

Animales

     Es suficiente una ligera ojeada al informe del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) correspondiente al año 2016 para darse cuenta de la animalada: más de 12.400 actuaciones en ese año contra el maltrato animal. Entre ellas, se constataron 783 infracciones penales por ese maltrato o abandono de animales domésticos.

     Quiere ello decir que, a pesar de ciertas políticas aún incipientes y de un progreso en la conciencia animalista, éste sigue siendo un país de bichos de la peor especie. Al menos 783 alimañas andan sueltas si atendemos solo a quienes se encarnizan con los más débiles, los más confiados en el ser humano que los ha integrado en su entorno cotidiano. De ellos cabe sospechar que son individuos hechos a la violencia, pues al cabo bien parece que sus comportamientos no habrán de limitarse a las mascotas. Por el contrario, será probablemente un modo de ser y de actuar. Sujetos peligrosos por tanto.

     Ahora bien, la tensión entre contrarios, tan propia de esta época, nos descubre así mismo aspectos pintorescos, como poco, en lo que al trato con los animales se refiere. No comparables evidentemente con los anteriores, pero así mismo extremados en un sentido inverso: se peca por defecto y por exceso. Es así como interpretamos señales, entre otras, que producen estupefacción. Dice un letrero que nos asalta en la calle: “Ciclo de cocina para animales”; y añade tres fechas para seleccionar: cocina para tu perro, cocina para tu gato y premios (postres) para perros y gatos.

     En fin, si a esto le añadimos el despliegue de alimentos para animales que puebla los lineales de los supermercados, con colores y reclamos tan vistosos que ganas dan de echarlos al carrito si no fuera por sus precios las más de las veces prohibitivos, descubriremos que hay otro tipo de conciencias animalistas que se nos han desbocado ligeramente o que se acercan ya al paroxismo. Porque la doctrina de lo mercantil y de las necesidades creadas pervierte también las actitudes más respetuosas.

Publicado en La Nueva Crónica, 21 mayo 2017

No hay comentarios:

Publicar un comentario