Blog de Ignacio Fernández

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domingo, 27 de agosto de 2017

Gastronomía

     El último descubrimiento para aliviar la sed de estos páramos secos resulta ser la gastronomía: convertir pretenden la ciudad de León en capital española de ello en 2018, y adobar así la mojama de griales, fueros y otros fetiches con un pretendido signo de modernidad. Económica y culturalmente es lo que da de sí la iniciativa pública (de la privada ni hablamos), que fía nuestro porvenir en la atracción de visitantes. Ya lo ha señalado con énfasis el propio Alcalde cuando reclama para nosotros los turistas que otros dicen no querer. Curiosamente, no utiliza la misma vehemencia para recibir refugiados y desesperados del mundo que demandan asilo, a pesar de que en su día se etiquetó a esta localidad como ciudad de acogida.

     En fin, decimos gastronomía y decimos dinero. Es verdad que algunos datos son elocuentes: la restauración movió en España 38.300 millones de euros en 2014; en Méjico, los negocios gastronómicos generan el 13% del PIB turístico; el 36% de los visitantes que llegan al País Vasco lo hacen expresamente para degustar su cocina… Por el contrario, no se detienen las estadísticas en salarios, tipos de contrato y condiciones laborales de un sector, cuya riqueza generada no repercute ni sobre sus trabajadores y trabajadoras ni sobre la ciudadanía en general a causa del escaso valor añadido general de esos trabajos. Todo ello sin mencionar que estamos ante otra burbuja flambeada que durará tanto como beneficios particulares proporcione y no tanto como los que hubieran de recaer sobre el entorno indeterminado.

     Conviene observar de paso las adhesiones que se recogen para la iniciativa. Aparte de institucionales, que son lo que son, o del propio ámbito interesado, faltaría más, la mayoría procede del mundo del espectáculo, lo cual no es baladí. Se trata de convertirlo todo en un show y lo que no sea susceptible de pasar por ese tamiz es directamente desechado, no vaya a ser que el personal se aburra y no se generen sinergias con otros festivales de idéntico calibre.

Publicado en La Nueva Crónica, 27 agosto 2017

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