Blog de Ignacio Fernández

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domingo, 13 de mayo de 2018

Flores

     Para las gentes de mi generación, que mayo sea el mes de las flores no es sólo una cuestión del refranero ni de añoranzas hippies. Mucho tiene que ver en ello el adoctrinamiento religioso que por tierra, mar y aire recibimos desde la infancia. Y no por otra razón sabemos que este día 13 es, precisamente, un día florido, virginal y lusitano. Así que, si bien se mira, ésa es la contribución más positiva de las enseñanzas religiosas, la de sumar conocimiento a lo que llamábamos cultura general, y a eso debería limitarse ese tipo de enseñanzas en la escuela. Sin embargo, sabemos bien que ni sucedía ni sucede así y que el desequilibrio entre estos contenidos y otros es notable, hasta el punto de que pocas son las personas que a ese acervo común básico han incorporado otro tipo de flores más literarias, las del mal que firmara Baudelaire. Seguramente porque hay quien, al elaborar leyes, currículos y programas educativos, con buen juicio considera impropio de criaturas semejante colección de pecados líricos, aunque no haya problema en que la ternura de niños y niñas conviva con muertes y resurrecciones, con torturas y sacrificios, con infiernos y martirios. También con flores, por supuesto.

     Lo mismo que ocurre, por ejemplo, con el Romance del prisionero, juzgado como impropio para niños y niñas de corta edad, que no han alcanzado lo que llamaban el uso de razón. Quizá porque nadie quiera explicarles en qué consiste el mal galardón que la voz poética reclama para el ballestero asesino de la avecilla que cantaba cuando, justamente, los campos estaban en flor. No hay inconvenientes, sin embargo, en que padres, madres y demás familia reclamen vacación y se les conceda para acompañar a esos mismos niños y niñas a la ceremonia del desenclavo, a la angustia y a la soledad, a la procesión de la Dolorosa o de las Tinieblas, al Rosario de la buena muerte, a la exposición de las llagas de Cristo o de la imagen de la Virgen de la Amargura. Todo esto sí es natural, al parecer, y razonable.

Publicado en La Nueva Crónica, 13 mayo 2018

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