Blog de Ignacio Fernández

Blog de Ignacio Fernández

domingo, 12 de agosto de 2018

Pícaros

     El problema de la picaresca es que nos enseñaron que era un género del pasado y ahí nos quedamos sin más consideraciones. Como decía Max Aub, “ una serie de relatos cuyo denominador común es la vida de la sociedad española de los siglos XVI y XVII, en la que se refleja la realidad ciudadana desde el ángulo de pícaros, truhanes, vagos, espadachines y ladrones”.

     Sin embargo, el género y su trasunto han pervivido a lo largo de los siglos casi como una constante literaria y existencial de nuestras Españas, y sus protagonistas continúan siendo en gran medida el eje de la vida nacional. Hay diferencias, claro, pues no estamos ya ante la figura del antihéroe opuesta al ideal caballeresco ni este país es hoy el gigante con pies de barro de la época de Carlos I. Tampoco hay altura literaria en lo que nos ocurre, naturalmente. Pero nadie dudará, creo yo, de que sigue arraigado entre nosotros el comportamiento antisocial de los órganos rectores de la sociedad, a quienes todos acabamos imitando, y que, por lo tanto, monedas comunes son en nuestros días los embustes y las patrañas, el enredo y las añagazas, la grosería y la pura apariencia.

     Pensaba en todo esto, inevitablemente, cuando leía alguna de las novelas de Rafael Chirbes, pero también al asomarme de forma cotidiana al repertorio de noticias que nos han envuelto a lo largo de los últimos años. Y qué pensar hoy, en fin, si atendemos al mercado de títulos universitarios y sus excusas pueriles o a grabaciones telefónicas que provocan, como poco, vergüenza ajena. Juzguen los jueces lo que tengan que juzgar, que la indecencia no pasa por los tribunales.

     Con todo, hemos empeorado bastante. No asistimos ya a una vida haciéndose, como sucedía con Lázaro de Tormes, ni al modelo de quienes, siéndoles la fortuna adversa, “con fuerza y maña remando salieron a buen puerto”. Al contrario, el pícaro es hoy sencillamente un patatero, un alcalde, un dueño de medios de comunicación, un profesor universitario o un meapilas. Gentes de bien.

Publicado en La Nueva Crónica, 12 agosto 2018

No hay comentarios:

Publicar un comentario