Blog de Ignacio Fernández

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viernes, 31 de mayo de 2019

X Premio Diálogo


         Buenas tardes y mi agradecimiento por vuestra compañía en nombre de la Fundación Jesús Pereda y de CCOO de Castilla y León. Gracias de verdad porque para nosotros esta cita anual corona en cierto sentido el trabajo que llevamos a cabo durante todo el año con la mayor de las ilusiones y con el mejor de los compromisos. Gracias.

         Estamos contentos. Burgos se incorpora hoy a la geografía de los Premios Diálogo y se une en el mapa a las ciudades de Valladolid, León, Zamora y Ávila, donde fuimos bien acogidos anteriormente. También a aquellas otras localidades adonde hemos extendido en las dos últimas ediciones el eco de estos premios: Ponferrada, Ciudad Rodrigo, Salamanca y San Pedro de Gaíllos. Y con Burgos, anticipémoslo ya, vendrá de inmediato, a la vuelta del verano, la comarca zamorana de Aliste como eco de este acto. Como verán, vamos cumpliendo poco a poco uno de los objetivos de nuestra Fundación: extender el radio de acción a toda la Comunidad Autónoma y al mayor número de localidades posible, de acuerdo con cómo actúa también en sus menesteres más propios la organización sindical a la que modestamente ensanchamos.

         Estamos contentos así mismo porque el jurado de esta décima convocatoria, tal y como comprobarán acto seguido, ha venido a reconocer tres expresiones con las que sentimos una fuerte complicidad y cercanía. La prevención de la violencia sexual y de género y la promoción de la igualdad resaltan en nuestros estatutos y riegan nuestras programaciones, con especial realce en el capítulo que llamamos M de marzo M de mujeres. Igualmente, nuestro Patronato aprobó este mismo año incorporar regularmente la promoción del teatro en centros escolares más allá de las representaciones que ya venían haciéndose de forma esporádica o en reconocimiento a compañeros de viaje como el grupo Teloncillo. Y, por último, sobre nuestra tradición paseamos a menudo, en particular sobre la que tiene un acento musical, y a nuestros actos, como en esta ocasión, incorporamos sus manifestaciones más ambiciosas o contribuimos a su sostenimiento; así lo hemos hecho recientemente con el álbum Tierra de nadie del grupo Castijazz.

         En fin, estamos contentos porque esas tres expresiones que acabo de reseñar, la igualdad, el teatro y la tradición, con todos sus anexos, hablan bien de la sociedad en la que trabajamos y en la que queremos seguir haciéndolo.

Hay un clamor en ella por la igualdad, más atronador que aquellos comportamientos que aún se enmohecen en la caverna de las desigualdades. Es un reto decisivo para el futuro: combatir toda forma de desigualdad, toda forma de precariedad y casi toda forma de frivolidad. Ésa es también nuestra fe.

Hay, curiosamente, un hervor teatral que se agita con la misma intensidad con la que –paradojas– crece la farsa. Conviene, pues, separar el grano de la paja en ésta como en tantas otras materias y cuidar de nuestros auténticos dramas, a la par que desvelamos y ponemos en evidencia la falsedad. Ésa es nuestra esperanza.

Hay una necesidad urgente por reencontrarnos con nuestra tradición para alejarla del tradicionalismo, que convierte aquella en ideología y la pervierte en el campo de la banalidad. Es preciso ser antes que estar, y en ese empeño nos implicamos y llamamos a hacerlo juntos. Ésa es, no, no nuestra caridad. Ésa es nuestra demanda de rigor.


Quiero dedicar ahora un espacio de la intervención a mis compañeros y compañeras de Burgos. No sólo por su colaboración para sacar adelante este lance y sobre todo por realizar propuestas que luego el jurado de los premios ha tenido en cuenta. Quiero destacar que para la Fundación Jesús Pereda Burgos se ha convertido en confortable estación de parada y fonda para nuestro programa. Ahora mismo puede verse en la Biblioteca Pública de esta ciudad la exposición Mujeres en conflicto, que hemos producido al lado de la Junta de Castilla y León y de Caja Rural. Pero aquí hemos estado también, a lo largo del último año, con proyecciones de cine, con conciertos musicales, con presentaciones de libros y con debates tan sustanciales como el que dedicamos el pasado otoño a las mujeres y el sindicalismo. Ese bagaje nos debe permitir a unos y a otros mostrar orgullo sano y constatar que transitamos en colaboración un camino provechoso. Para nuestras organizaciones sin duda, pero también, y en primer lugar, para el conjunto de trabajadores y trabajadores a los que dedicamos nuestro esfuerzo con el fin de robustecer una cultura con apellido, cultura sindical.

También ese terreno disputamos y es bueno que así sea. En las recientes convocatorias y debates electorales hemos podido comprobar el lugar muy secundario que se destina a la cultura. Ese abandono político contrasta con una imposición general de ciertas formas de cultura que tienden a unificarnos y simplificarnos. He ahí por qué es importante esta disputa. Quienes hoy recogerán nuestros galardones se alinean igualmente en esa lid, como lo han hecho y hacen quienes les precedieron. Como lo hizo Jesús Pereda, cuyo nombre nos identifica. Es bueno citarle de vez en cuando porque muchos no pudisteis ya convivir con él y es normal el desconocimiento. No hablamos de aquel futbolista del Barcelona de los años 60, casualmente también burgalés, sino de quien fuera Secretario General de CCOO de Castilla y León entre 2000 y 2003, con quien mucho aprendimos y a quien honramos no sólo nominalmente sino con nuestro trabajo.

Señalaremos también que nuestros laureles son dinámicos, evidentemente. Hoy, por ejemplo, junto al colofón de los Premios Diálogo, escenificaremos también la entrega de premios a los ganadores del “IV Concurso de Fotografía sobre el Trabajo”, vinculado siempre al mes de mayo, un mes obrero. Y haremos visible igualmente un nuevo trofeo, si se puede decir así, para los primeros. En el origen fue una escultura de la artista vallisoletana Concha Gay. Vino después una creación cerámica de los artesanos de Portillo, también en Valladolid. Hoy estrenamos una construcción en forja, creación del artista José Oré, que ejerce en la comarca leonesa de Somoza. Crecemos, pues, con esa sucesión de oficios y de paisajes.

Éstas son, en fin, nuestras credenciales y lo son a la vez de los premios que amparamos. Por resaltar sólo a quienes fueron premiados a título individual, sepan que hoy el nombre de Sara Tapia se unirá a los de Carlos Sanz, Catalina Montes, Chema Sarmiento, Manuel Jular, Manuel Sierra, Rosa María Mateo, Luis Díaz de Viana, Eliseo Parra y Serafín de Tapia. No es un catálogo menor. Al contrario, nos engrandece y nos conforta. Todos ellos, todas ellas, como señalan las bases, son personas que han favorecido un avance social y cultural en nuestra Comunidad Autónoma o que han trascendido los límites de la misma, defendiendo los valores de la diversidad y la defensa de los derechos sociales y culturales a través de su trabajo. Humildemente, esa es también nuestra misión y nuestra devoción.



Texto leído en la entrega de los X Premios Diálogo de la Fundación Jesús Pereda, Burgos 31 mayo 2019

domingo, 26 de mayo de 2019

Inculturas


            Sentenciadas las culturas en la lid electoral, a lo que nos dedicábamos en anterior entrega, conviene bajar al terreno mortal para hablar de las inculturas que sustituyen a aquéllas en casi toda lid.

            Ojeo en la pantalla, como es menester en estos tiempos, un diario digital local y me detengo en la sección que denominan “Culturas” y que engloba, dicen, informaciones sobre cine, teatro, libros, música y exposiciones. Leo los titulares y descubro que se refieren a delfines, al Papa, a mujeres maltratadas y a un misionero asesinado. Deduzco que es un error de la máquina, como tantos otros habituales disfrazados de coartada, y lo dejo estar. Vuelvo a la misma página al día siguiente y persisten las mismas noticias hasta que en la tarde reciben un añadido sobre ciertas prácticas de enanismo en un pub de Benidorm.

            Estoy seguro de que se trata de un error, pero la contumacia o la dejadez de los hacedores de esa página consagran una manera de entender y de expresar el producto que llaman “Culturas”. También para sus lectores más o menos incautos. Hace tiempo que ocurre esto, sobre todo desde que el periódico nacional de mayor tirada sustituyó su apartado de “Cultura” por otro denominado “Vida & Artes”, escrito además con una ligadura gráfica en lugar de con una conjunción copulativa para que todo resultase más aparente y neomoderno, es decir,  un cajón amorfo donde cabían por igual las informaciones llamadas de sociedad, las de talento-diseño-moda-estilos-gastronomía, las de lidia, las de gente, el sudoku, y, naturalmente, las de cultura. Años más tarde, se corrigió a sí mismo y retornó a la etiqueta primitiva, pero la veda se había levantado y por esa senda se han colado y lo siguen haciendo abundantes disparates.

            Lo mejor de todo es que, durante el fin de semana pasado, numerosos periódicos incluyeron en su hueco cultural todo lo relativo a ese festival europeo de la canción, que encarna las peores virtudes del arte de cantar y de lo que puede presumirse como cultura europea.

Publicado en La Nueva Crónica, 26 mayo 2019

domingo, 19 de mayo de 2019

Culturas


            La cultura, por lo general, no suele asomarse a los debates electorales, ni siquiera a las declaraciones aisladas de la mayor parte de candidatos y candidatas. Y cuando lo hace, rara avis, más valiera guardar silencio o sentarse antes al lado de los actores culturales y escucharlos. Ese diálogo, casi inexistente, debiera ser la primera medida del programa.

            En reciente rueda de prensa, una de las candidaturas locales, quizá la única no obstante que se ha pronunciado con una aparición directa y exclusiva sobre la materia, volvió de nuevo sobre la declaración de León como patrimonio de la humanidad y apostó por su designación como capital cultural europea. Compartámoslo o no, esa no es la cuestión que se ventila al elegir un gobierno municipal. Puede ser un objetivo, ciertamente, pero lo que se debe proponer para ser evaluado con el voto es qué hacer en la gestión doméstica y cotidiana para alcanzarlo. O de otro modo: el maná no llueve, se gana. Y, claro, ahí es donde aparecían los vacíos y sobraban los tópicos en la comparecencia indicada.

            Choca esta vacuidad política con la efervescencia cultural ordinaria, generosa e inabarcable, producto casi siempre de iniciativas al margen de las administraciones. O con ellas, tanto da, pues al final no les queda otra que subirse a un carro fecundo, aunque con cicatería. Choca también porque será la cultura, no otra dimensión de la actividad política, la que determinará el futuro que nos haya de ser. Y sobre todo la cultura general, es decir, “el saber que permite a un individuo construir su propio criterio, analizar asuntos diversos y responder con éxito en diferentes facetas de la vida. Dicha cultura puede construirse a partir del estudio sistematizado, de la educación informal y de la experiencia adquirida a lo largo de los años”. Pero su lugar, ay, lo ocupa ahora una supuesta cultura generalizada a través de la simpleza, la uniformidad o el escaparatismo, como los titulares a que dio lugar la rueda de prensa de la que hemos hablado.

Publicado en La Nueva Crónica, 19 mayo 2019

sábado, 18 de mayo de 2019

GUILLERMO PELLEGRINO: Grillo constante

EL AUTOR
     Uruguayo, periodista, Premio Nacional de Literatura en su país, autor de numerosos ensayos, algunos compartidos (de hecho en esta obra le acompaña Jorge Basilago), sobre la relación entre música y poesía; también estudios monográficos sobre algunos cantautores de ese país, como los dedicados a Alfredo Zitarrosa o a Osiris Rodríguez. Gran conocedor de la música del cono Sur.

EL LIBRO
     Grillo constante se subtitula Historia y vigencia de la poesía musicalizada de Mario Benedetti. Con eso se dice casi todo acerca de su contenido. En cualquier caso, al tema concreto le precede un estudio importante sobre el cruce entre el mundo de la música y de la poesía, y lo remata una discografía completa sobre todas las ediciones de poemas de Benedetti en versión cantada. Por el medio, un análisis exhaustivo de esa poesía en la vertiente en la que ha sido abordada por numerosos cantantes, sobre todo Nacha Guevara o Joan Manuel Serrat.

EL TEXTO
     "El núcleo de la abundante y despareja literatura de Benedetti (...) se halla muy próximo a los temas fundamentales de la humanidad. Asuntos que no envejecen ni pasan de moda (...) Es por ello que gran parte de sus obras trascendieron los límites de un momento histórico o de una tendencia artística para arribar al presente con proyección de seguir conmoviendo, a futuro, el alma humana".

domingo, 12 de mayo de 2019

Decisiones


            El caso es que estamos llamados de nuevo a tomar decisiones. La sucesión de convocatorias electorales es así mismo una reiteración del ejercicio de la libertad, de cierta libertad. Es decir, aquello que Sartre nos enseñó: “el hombre [y la mujer] está condenado a ser libre”. Claro que también para el filósofo esa misma responsabilidad produce angustia en la medida en que nos damos cuenta de que todo cuanto sucede es consecuencia de nuestras propias decisiones: “no tenemos excusas detrás de nosotros ni justificaciones detrás de nosotros”, decía él.

            Ahora bien, en estos momentos precisos, al miedo, la ansiedad, la culpabilidad y la conciencia sartreanas cabe añadir la desidia, la desorientación y la banalidad que definen una forma de actuar y de proceder muy diferentes a las propias de la época y de la cultura existencialistas. O tal vez no tanto, porque releyendo otros textos del pasado, de un pasado aún más lejano, se encuentran denominadores comunes que nos explican que tanto no hemos cambiado. Walter Lippmann, un famoso comentarista político muy amigo de hablar sobre la tensión entre democracia y libertad en aquellos tiempos complejos, los del entorno de la Primera Guerra Mundial, sentenciaba que sus contemporáneos sabían “de qué estaban en contra pero no de qué estaban a favor”. He ahí una máxima que sigue rigiendo muchos comportamientos y decisiones un siglo después. También en materia electoral.

            Muy útiles resultan hemerotecas y bibliotecas para conocernos mejor, y más todavía en estas fechas de ferias del libro y de otras especies anexas. Incluso las discotecas de la mejor especie se pueden sumar a los discursos de las campañas y poner melodía a las reflexiones de filósofos y de periodistas. También a las de candidatos y candidatas cuando las hay, que no suele ser lo más habitual. Lo cantaba, por ejemplo, Rubén Blades: “Decisiones / cada día. / Alguien pierde, alguien gana, ¡Ave María! / Decisiones, todo cuesta. / Salgan y hagan sus apuestas, / ¡ciudadanía!”.

Publicado en La Nueva Crónica, 12 mayo 2019

domingo, 5 de mayo de 2019

Entretenimiento


            Me senté a comer en un bar. En la mesa de al lado una pareja de hombres de mediana edad hacían lo propio y conversaban. Hablaban de cine, de cierto tipo de cine, y lo hacían en tal tono que me resultó inevitable escucharlos e interesarme por sus opiniones. Sobre todo cuando uno de ellos afirmó convencido: “Yo, en la tercera guerra mundial, seré de Disney”. Me sobresalté. Esa mezcla de notas trágicas y frívolas confirmaron otra seña de identidad de estos tiempos, donde la diversión y el espectáculo tienen más fuerza que el pensamiento y la verdad.

            En realidad, hablaban de empresas, de la compra de 21st Century Fox por Disney y del nacimiento por ese motivo de un gigante del entretenimiento nunca visto. Lo mismo que ha sucedido recientemente, aunque en menor medida, con la compra por parte del fondo EQT de Parques Reunidos, dueños que eran del Parque Warner en Madrid, pero también de otras atracciones diferentes en Europa, Norteamérica, Oriente Medio y Australia. Y añadamos, si bien no es un hecho, la fusión más pronto que tarde entre plataformas de streaming para reorientar y uniformar un consumo de series, cine y televisión hoy por hoy inabarcable para los espectadores. En suma, pensamos que el terreno de las multinacionales es el del petróleo, la farmacia o la alimentación y nos olvidamos de este otro campo que, tal y como anda el mundo, se convertirá, si no lo es ya, en un eje fundamental de una sociedad debidamente unificada y simple.

            La conversación de mis compañeros de comida siguió por los derroteros de las películas que cuentan ahora con el sello Disney. Nunca decepcionan, convinieron, podrán ser mejores o peores, pero son entretenidas. He ahí de nuevo el quid de la cuestión actual, lo que la ciudadanía poscontemporánea demanda o se les ha sugerido demandar. No sólo se trata de hacer dinero con el esparcimiento de las personas, todo un filón, sino que a él se consagran, casi en exclusiva, las formas que en su día fueron séptimo arte. Lo demás es resistencia.

Publicado en La Nueva Crónica, 5 mayo 2019