Ha
publicado este mismo periódico que la provincia de León cuenta hoy con 9
lugares de culto más que en 2015 hasta sumar un total de 1.329 para siete
religiones. Ello confirma que, junto a los bares, las iglesias resisten todo tipo
de tempestades, que suelen serles más favorables por lo general que las
bonanzas. Tal vez porque a los unos y a las otras se acude para olvidar y para
evadirse transitoriamente de la realidad o para esquivarla ad eternum. En mi barrio, donde durante décadas hubo una sola
iglesia, católica por supuesto, hoy han aterrizado al menos otras cuatro de
otras tantas confesiones o lo que sean. Ello sin tener en cuenta los papelitos
que de cuando en cuando alguien deposita en mi buzón para anunciarme los beneficios
de un auténtico vidente espiritual africano.
Semejante
despliegue espiritual en los lineales del supermercado religioso es una muestra
más de la sociedad de la abundancia en la que vivimos, donde parece –sólo
parece– haber de todo y para todos, ya sean bienes materiales, ya sean
creencias intangibles, y todo conforme al poder adquisitivo de los
consumidores. En las largas épocas de la sociedad de la necesidad, no hace
tanto, era bien diferente. Lo curioso es que este exceso de oferta coincide en
el tiempo con el reinado, como poco, de los no practicantes en un mundo que
presume de laicidad o aconfesionalidad. Quizá por eso mismo las devociones se
rigen hoy por las reglas del self service
o del buffet libre que tiñen incluso
lo divino. Y también en esto del autoservicio hay, como sabemos, estrellas y
tenedores para indicar distinción o desdoro. Desigualdad, en suma.
En
fin, orar y beber es la norma que sustituye a orar y trabajar. En cualquier
caso, orar, siempre orar. Es admirable la constancia de este verbo y de quienes
lo administran. Tanto que incluso las tecnologías se rinden a sus pies para
depositar limosna mediante tarjetas de crédito en muchos templos y, además, muy
pronto el 5G vendrá a iluminar los inescrutables caminos de Dios.
Publicado en La Nueva Crónica, 15 septiembre 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario