Como
todo últimamente, también este otoño que nos abandona se ha situado al margen
de las reglas, al menos en lo relativo a la temperatura tal y como ha
confirmado la Agencia Estatal de Meteorología. Lo mismo sucederá, según sus
previsiones, con el invierno que ya asoma, el cual, dicen, será más cálido de
lo normal. Ese mismo otoño, sin embargo, fue generoso en humedades, demasiado
seguramente para algunos, y las lluvias sostenidas han limpiado el aire de
impurezas, éstas sí cada vez más habituales y profusas.
Sea como
fuere, lo que estas observaciones constatan es que, como decíamos al principio,
todo se excede o se comprime, nada sucede en sus términos ordinarios. Incluso
las informaciones sobre esos cambios resultan demasiado insistentes, aunque no
hayan tenido reflejo en el balance final de la última cumbre sobre el clima. De
todos modos, también la fracasada cumbre fue singular en su duración hasta
convertirse en la más larga de la historia. Otra anomalía.
Vivimos
rodeados de rarezas. Da la impresión de que la desviación es la norma en estos
tiempos borrosos. Nada nos perturba más que la normalidad, nada nos produce más
ansiedad que el orden, nada existe sin el exceso. Para ser hay que desviarse y
para triunfar hay que negar la evidencia. Y no existe ningún otro campo como el
político para confirmarlo: el desfile inacabado seguramente de gobiernos
extravagantes con sus millones de forofos, el reinado de las mentiras con sus
legiones de crédulos comulgantes, los disparates gratuitos con sus ecos
mediáticos… son el mejor muestrario del circo en que se ha convertido la
existencia, así en lo cotidiano como en lo excepcional. Nada escapa de esa ley
sin ley.
Celebremos
la lluvia entonces y bañémonos en ella como quien persigue purificarse. Siempre
tuvo ese significado, conviene defenderlo contra los malpensantes. Y aunque el
cancionero es amplio para ese festejo, cantemos con Pablo Guerrero que tiene
que llover a cántaros, porque “hay que doler de la vida hasta creer”.
Publicado en La Nueva Crónica, 22 diciembre 2019
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