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jueves, 29 de mayo de 2025

MANUEL GONZÁLEZ: La huelga más larga

EL AUTOR

 

            Manuel González es periodista. Ha trabajado en diversos medios de comunicación: Liberación, Mundo Obrero, El Nuevo Lunes y El País, donde fue presidente del Comité de Empresa por Comisiones Obreras. Actualmente, colabora en Mundo Obrero.

 

EL LIBRO

 

            La huelga más larga relata la huelga de los trabajadores de la mina de sulfatos que la empresa Crimidesa tenía (y tiene) en la localidad burgalesa de Cerezo de Río Tirón, donde buena parte de los empleos del pueblo dependían de ella. A causa de la ruptura por parte de la empresa del acuerdo verbal que existía con el Comité para el convenio colectivo se generó un conflicto que duró 290 días y que desembocó en una marcha sobre Madrid para pedir la mediación del Gobierno. Fue a principios de los años 80 del pasado siglo, hace 45 años. Como ha explicado el autor del libro, el enconamiento que desembocó en la larga duración del conflicto fue también el resultado no previsto ni deseado, al que se vieron abocados los trabajadores por intereses que iban más allá de la mina y de Cerezo de Río Tirón. El año 1980 fue un año de fuertes conflictos, había también convocadas elecciones sindicales y la CEOE creyó tener la ocasión de dar una lección a Comisiones Obreras en las espaldas de unos cien trabajadores que en principio no iban a estar en condiciones de aguantar más de unas semanas de presión.

 

EL TEXTO

 

            “Pienso que a la ejemplar luchas de estos mineros probablemente le debamos el haber disfrutado de algunas mejoras laborales el resto de los trabajadores de España”.



domingo, 25 de mayo de 2025

Francia

            Regresé a Francia esta semana. Nunca he dejado de hacerlo desde que, a los once años, en el inicio de aquello que se llamó Bachillerato Elemental, la asignatura de francés nos descubrió que había un mundo más allá de las vías del tren y más allá del Bernesga, más allá del barrio. El barrio había sido el universo hasta esa fecha, un universo infantil naturalmente, pero enfrentarse de pronto a otra lengua, a otras costumbres y a otras melodías se convirtió en un rito de pasaje entre aquella infancia afortunadamente perdida y lo que habría de llegar, lo que estaba llegando. Fuimos, por tanto, adolescentes afrancesados y nunca hemos abandonado esa devoción hasta esta madurez que tiende al decaimiento.

 

Ese largo paseo francés tuvo sus estaciones principales y secundarias, sus estímulos y sus adicciones. Recordemos, justo es hacerlo, la figura controvertida de un profesor que influyó notablemente en aquellas generaciones de estudiantes palurdos, don Waldo Merino, así, con don, pocos lo han merecido tanto. Luego se sucedieron las amistades que han tendido a permanecer y ahí siguen a pesar de la distancia y de los años: Christine Aranda, Christophe Dubois, Julie Lébert… Y, por supuesto, los fervores inmarchitables del cine, de la literatura, de la música: Rohmer, Camus, Gainsbourg… Así hasta conformar un universo nuevo y muy diferente al del barrio, donde no obstante aún resido, como resido así mismo en la cultura francesa un tanto apolillada.

 

Regrese a Francia, a la ciudad de Tours en concreto, donde fuimos felices más de una vez. Allí, a orillas del Loira, en abril de 2017, en su universidad, un grupo de leoneses fuimos acogidos con cariño para presentar la revista de poesía Fake: Eloísa Otero, Carlos Pérez-Alfaro, Miguel Escanciano, Irune Vidal, Marisa del Riego, Cova Villegas, Ildefonso Rodríguez y Víctor M. Díez sentamos cátedra poética, podría decirse, para compensar en cierto modo cuanto desde ese otro lado de la frontera nos había llegado a lo largo de la vida. Se recuerda.

 

Publicado en La Nueva Crónica, 25 mayo 2025

domingo, 18 de mayo de 2025

Benazir

            La tensión bélica renacida entre Pakistán y la India nos devuelven al presente las figuras de Benazir Bhutto y de Indira Gandhi. Habrá quien las recuerde y habrá quien las descubra ahora a la luz de las crónicas periodísticas del momento, corto es nuestro conocimiento y cortas suelen ser nuestras memorias en general. Podremos todos, en cualquier caso, valorar el hecho de que dos países tan invadidos por sus religiones, conservadoras por definición, colocaran al frente de sus gobiernos a dos mujeres en tiempos que nos resultan remotos: Indira en 1966 primero y en 1980 después y Benazir en 1988 por primera vez y en 1993 por segunda. Hinduismo e islamismo a la vanguardia. Curiosamente, sucedió también por aquellas lejanas fechas con el judaísmo, que colocó a Golda Meir como primera ministra de Israel en 1969. Cabe preguntarse, pues, qué sucedía entonces con la serie de países occidentales de corte cristiana, tan civilizados y tan modernos todos ellos. Poca cosa, casi como ahora, apenas una Margaret Thatcher, que fue primera ministra del Reino Unido en 1979. Sáquense en consecuencia las conclusiones que se quiera, con toda probabilidad no serán alentadoras para quienes habitamos en el ombligo del mundo.

 

            Benazir fue una figura notable en todos los sentidos, aunque sus gobiernos fueron efímeros, siempre hostigada desde todos los ángulos de aquella sociedad paquistaní, acusada de corrupción, obligada al exilio y asesinada finalmente en un atentado en diciembre de 2007. Tenía ella, quizá fue la primera, el estigma de la mujer joven que triunfa en política y, en cierto sentido, se nos presenta como antecedente de quienes gobernaron, muchos años después, Finlandia y Nueva Zelanda, Sanna Marin y Jacinda Arden, así mismo juzgadas por la opinión pública hasta el delirio. También de eso se puede sacar conclusiones. Benazir, además, parecía nacida de una leyenda árabe, de un cuento de las mil y una noches o de un relato bereber. Incluso su solo nombre era todo un poema, Benazir.

 

Publicado en La Nueva Crónica, 18 mayo 2025

domingo, 11 de mayo de 2025

Agujeros

            En la ciudad donde vivo, el verdadero apagón histórico se produjo durante el pasado fin de semana. Acogimos nada menos que el XXXV Certamen de Tunas Ciudad de León y el XIX Certamen Nacional de Tunas Universitarias y de Distrito. Es decir, sin saberlo, en la ciudad donde vivo llevamos como poco treinta y cinco años instalados en el siglo XVIII, que es ese agujero en la historia donde residen petrificadas las tunas y los tunos. Auténticas tunas y auténticos tunos. Todo lo demás es puro remedo, degradación, farsa. Algunos periódicos lo llaman tradición. Ay.

 

            Pero es que apenas unos días antes, con motivo de las manifestaciones del 1º de mayo, se escucharon melodías en las calles de la ciudad donde vivo que remitieron así mismo a otros agujeros del pasado. Sonó de nuevo el himno a Santa Bárbara, que digo yo que podría elegirse una versión más renovada, que las hay más que dignas, y no repetir el mismo eterno coro desgastado. Aunque en este caso lo importante no era tanto la música como la letra, esto es, el recuerdo de los mineros muertos en Cerredo este mismo año, como murieron otros antes, en 2013 en el Pozo Emilio del Valle, en 1984 en la Mina Escondida, en 1979 en el Pozo María y así sucesivamente, de agujero en agujero de dolor hasta el apagón total. Y sonó también, como remate de las marchas, la Internacional, ese canto de gloria obrera, interpretado en esa ocasión con bombo y dulzaina, otra tradición, ay, venida también de algún agujero de la historia musical para apagar toda épica.

 

            Así que el otro apagón, el de la electricidad, no el de la luz como todo el mundo lo nombra (se fue la luz), que nos sumió a todos en un agujero de confusión y de tranquilidad, qué paradojas, no fue nada si se tienen en cuenta estos agujeros comunes en la ciudad donde vivo, magnífico escenario para apagones fabulosos. Aunque, ya ven, por esas mismas fechas, escuché a una señora afirmar en su discurso que Madrid echa de menos al ejército y casi me alegré de no vivir en esa otra ciudad.

 

Publicado en La Nueva Crónica, 11 mayo 2025

SOL GÓMEZ: Memoria de las mujeres

LA AUTORA

 

            Sol Gómez Arteaga es nieta y biznieta de represaliados. Concibe la Memoria, que escribe siempre con mayúscula, como seña de identidad que le ha permitido saber de dónde viene para elegir el camino a seguir. Escribe despacio, como una labor de artesanía, para sacar a la luz realidades invisibilizadas del pasado, pero también del presente. Tiene dos libros de relatos relacionados con la Memoria Histórica: “Los cinco de Trasrey y otros relatos” (2012) y “El sol a la tinaja y otros cuentos” (2017), editados por la Fundación Fermín Carnero. Ha escrito una novela corta, “El vuelo de Martín” (2020), el libro de relatos relacionados con los desórdenes de la mente “Trazos de sombra” (2021) y el poemario titulado “Tiempo de Vilano” (2023).

 

EL LIBRO

 

            En Memoria de las mujeres se reúnen los testimonios de veinticinco mujeres publicados en el periódico digital Nueva Revolución —entre octubre de 2021 y septiembre de 2024—. El libro pretende transmitir, a través del análisis y la reflexión, unos hechos de nuestro pasado más reciente que las mujeres entrevistadas conocen muy bien por su condición de familiares de víctimas o por los conocimientos científicos y la actividad profesional que muchas de ellas vienen desarrollando —hay historiadoras, arqueólogas, antropólogas, documentalistas, profesoras de universidad, escritoras, cantautoras, periodistas, abogadas y editoras—.

 

EL TEXTO

 

            “Tuvimos mala estrella las mujeres rojas / madres de los hijos huérfanos (…) Y aun derrotadas, / vencidas, / cautivas, / desarmadas, / no nos rendimos / ni olvidamos el tiempo pretérito / en la firme convicción / de que la memoria no es sino amor, / un amor que dura más de lo que dura la vida”.

 


domingo, 4 de mayo de 2025

Baldaquino

            Aprendimos, cuando estudiábamos bachillerato, lo que era un baldaquino: un pabellón que cubre el altar. Siendo un poco más precisos, diríamos que es una estructura arquitectónica formada por cuatro columnas que sostienen una cúpula o un dosel plano, con la que, en efecto, se cubre un altar u otro lugar sagrado. El más famoso, probablemente el más hermoso también, es el construido por Bernini en la Basílica de San Pedro en Roma. Lo hemos visto y revisto en fechas recientes a causa de los ritos funerarios dedicados al Papa muerto.

 

            Pensaba yo en la belleza barroca de ese ciborio, como se le conoce de otro modo, mientras paseaba por la ciudad donde vivo. No encontré baldaquinos, tampoco los buscaba, pero topé con esas construcciones que parecen haberse puesto de moda en los trazados urbanos, expresiones por lo general de bastante mal gusto. Una pérgola bioclimática, por ejemplo, a la que se bautizará como “Intercambiador Reyes Leoneses”, que dicen que será un hito de la sostenibilidad, la tecnología y la funcionalidad. No digo que no. Y me topé así mismo con una estructura metálica aberrante, una especie de larguísima marquesina o una pasarela cubierta, según glosan los medios, que une las estaciones de autobuses y de ferrocarril. No tiene nombre todavía, pero la definen como una conexión intermodal. Tampoco digo que no.

 

            La ciudad donde vivo y otras por las que paseo frecuentemente no necesitan baldaquinos para ser reconocidas. Todas tienen elementos, construcciones y enclaves más que dignos desde un punto de vista estético e histórico, edificios muy apreciables y jardines luminosos. Son modestas frente a la capital italiana, pero no desmerecen ni a los ojos ni al ensueño. Ahora bien, en casi todas acaba uno chocando con desdichadas muestras de aparente modernidad urbana, que no son otra cosa más que demostraciones de una ausencia lamentable de estilo. No es que los arquitectos de hoy tengan que apellidarse Bernini, bastaría con un poco de elegancia y algo más de juicio.

 

Publicado en La Nueva Crónica, 4 mayo 2025