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martes, 24 de abril de 2007

2007: Igualdad y empleo de calidad

    El 1º de mayo de este año se asoma a las calles de nuestras ciudades detrás de un lema en consonancia con algunas de las demandas laborales más significativas del momento: Por la igualdad. Empleo de calidad. De este modo saludamos, por un lado, la aprobación de la Ley para la Igualdad Efectiva de Hombres y Mujeres, un texto legal que responde en buena medida a demandas históricas de las organizaciones sindicales de clase; y, por otro, reiteramos la necesidad de insistir en el esfuerzo de mejorar la calidad del empleo, aspecto repetido en los eslóganes de los últimos años y por lo tanto no alcanzado con satisfacción; ello a pesar de que los acuerdos firmados en 2006 por los agentes sociales y el Gobierno han favorecido ciertas mejoras al menos en lo que a temporalidad se refiere. Recuérdese que en 2005 las consignas hablaban de más empleo estable y el año pasado de empleo estable en igualdad. Así pues, la conclusión es sencilla: calidad e igualdad son elementos deficitarios en el mercado laboral español durante los últimos años y la clase empresarial parece obcecada en no cambiar de estilo, contra el criterio de la sociedad en su conjunto que comparte sin ambages el análisis de CCOO y de UGT, las dos organizaciones sindicales más representativas.

    ¿Qué panorama encontramos en tal sentido si observamos la realidad laboral de la provincia leonesa? Para empezar, se ha de señalar que las constantes son las mismas que en el resto del país, aunque se añade la peculiaridad de una economía mucho más endeble, con ámbitos clásicos en crisis perpetua –agricultura o minería- y sustentada sobre todo en dos sectores que no son precisamente los más firmes del catálogo, la construcción y los servicios. Nada nuevo, pues, sobre una modificación del modelo productivo, nada hemos conocido en el último año que apunte hacia otro horizonte, si exceptuamos aislados aunque notables proyectos en materia energética y tecnológica, poco planificados sin embargo. En consecuencia, la base de nuestro empleo continúa siendo un año más poco sólida, escasamente cualificada y dudosamente de calidad. Seguimos echando de menos apuestas industriales de riesgo y entidad, e incluso cuando se sugieren posibilidades de desarrollo, como hemos hecho UGT, CCOO y Ecologistas en acción en lo que se refiere a la energía solar, la acogida es demasiada tibia. Otras veces, cuando de lo que se trata es de coordinar esfuerzos políticos en pro de iniciativas económicas para la provincia, empeño en el que hemos trabajado conjuntamente los dos sindicatos durante los últimos doce meses, la desconfianza, la poca responsabilidad y el escaso compromiso son las respuestas.

    Además, es evidente que no existe igualdad en el reparto del empleo. Las tasas de desempleo nos dicen que el paro registrado en el último mes computado, marzo, que afecta en la provincia a 24.102 trabajadores y trabajadoras, se distribuye de forma muy desigual, de tal modo que la tasa de desempleo masculina supone el 7’28% mientras que la femenina se eleva hasta el 17,25% según población activa. Cierto es que se ha creado empleo durante el último año, pero la brecha abierta no se ha reducido en ningún momento. Y conviene, además, llamar la atención sobre la evolución de la temporalidad: si durante los últimos meses del año 2006 y los dos primeros del presente el número de contratos indefinidos creció en consonancia con las expectativas y las bonificaciones abiertas con la reforma laboral, no produce otra cosa que alarma comprobar que en el pasado mes de marzo hemos vuelto a cifras impresentables, en concreto a un 13’16% del total de contratos efectuados, inferior incluso a la de marzo de 2006, cuando no había acuerdos ni bonificaciones ni prebendas. Y esto ocurre en León, no así en la Comunidad Autónoma ni en el resto del Estado; luego estamos ante otra especificidad de la empresa leonesa: pensar que los bajos costes salariales conducen a algún puerto diferente al de la ruina social.

    Señalaremos por último un aspecto más que también es elocuente de nuestra identidad y que refuerza el lema que hemos enunciado arriba. Sólo un 25% de los convenios de sector que se han firmado en la provincia últimamente contienen alguna cláusula relativa a modificar los obstáculos para la presencia equitativa de las mujeres en el mercado laboral. Nos referimos a prácticas que fomenten condiciones de igualdad a la hora de acceder al empleo, de romper con la temporalidad, de estar representadas en las distintas categorías profesionales, de ser remuneradas igual que los hombres por trabajos de igual valor, y que garanticen un ambiente de trabajo libre de acoso por razón de sexo y que evite discriminaciones por motivo de conciliación familiar y laboral. Todavía son menores los avances en los convenios de empresa.

    Para finalizar, no podemos dejar de lado que este 1º de mayo tiene un segundo objetivo expresado en sus proclamas: Por un orden mundial más justo y en paz. Los trabajadores y trabajadoras en todo el mundo estamos llamados a celebrar esta fecha con manifestaciones y todo tipo de movilizaciones para mejorar las condiciones de trabajo y de vida, renovando a la vez el compromiso con la defensa integral de los derechos humanos, la justicia social, la igualdad, la paz, la libertad y la democracia. Y, además, como ya hiciéramos el año pasado, CCOO y UGT reiteramos nuestro más absoluto rechazo a cualquier forma de terrorismo y reclamamos la unidad de los demócratas frente a quienes atacan el derecho a la vida, la paz y la libertad. Así será también en la ciudad de León.

Publicado en Diario de León, 1 mayo 2007

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