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domingo, 23 de junio de 2024

Perrina

            En nuestra primera infancia, la mañana del día de San Juan nos la pasábamos peregrinando por el barrio, de casa en casa, con un pequeño platito que nos habían dado nuestras madres. Llamábamos a las puertas del vecindario y pedíamos una perrina para San Juanín, así, todo en diminutivo y con un in muy leonés. Había quien optaba por demandar una perrona, que también valía, pues las dos acuñaciones convivieron durante largo tiempo. El caso es que lo que solicitábamos, para hacernos una idea de dónde estábamos y de dónde estamos en la actualidad, eran 10 céntimos de peseta, algo así como 0’000601012104 euros. Con esas cantidades andábamos por la vida el día de la fiesta. Bueno, con lo que se recaudara en conjunto, que tampoco era mucho.

 

            Por supuesto, aquella tradición decayó y murió. Nadie mendiga hoy tal cantidad, ni en festivo ni en laborable, ni los más desesperados ni los niños y niñas más ingenuos. Eso nos enseña que las tradiciones no son ni inmutables ni perennes. Al contrario, lo propio de la tradición es evolucionar. Por eso mismo, cuando se invoca algo como tradicional para no ser mudado o directamente liquidado por el no uso, no se está en el terreno de lo tradicional, sino en algo más interesado, una especie de conservadurismo inmovilista que no casa con las costumbres vivas que son, por naturaleza, progresivas.

 

            Es lo mismo que sucede con esta nueva edad histórica en la que hemos desembocado. Si ya no nos sirven los patrones que fueron de la Contemporánea, no vale tampoco servirse de los mecanismos novedosos del hoy para vender ideas o modos ni de la Moderna ni de la Medieval ni mucho menos de la Antigua. Es un proceder ahistórico. Es lo que sucede con algunos iluminados y con sus miles de votantes, están fuera de la historia y nos quieren arrojar con ellos a ese vertedero ucrónico. No, la modernidad no consiste en pedir perrinas de casa en casa ni las golosinas son hoy las que fueron. Por fortuna ya no vivimos en esos tiempos. Alguien debería explicárselo.

 

Publicado en La Nueva Crónica, 23 junio 2024

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