Entre otros acontecimientos singulares, el año 2008 se cerró con una banda sonora imperecedera. Paco Ibáñez publicó el que es hasta la fecha su último disco, que viene a ser algo así como el mismo disco de siempre pero sin ser nunca el mismo disco de siempre: Paco Ibáñez canta a los poetas andaluces. Del catálogo de cantautores españoles, Paco Ibáñez es sin duda alguna el que mejor se conserva y el que mejor pervive de todos ellos. No necesita servirse de giras entre amigos ni iluminar sus actuaciones con miles de vatios y un coro de señoritas reforzando su voz para mantenerse en la mejor de las formas. Quizá sea porque ya era viejo desde el principio y su voz cavernosa no ha requerido, como la de otros, ajustes en los tonos. Quizá su repertorio sea el que menos reclame adaptaciones a los nuevos tiempos, precisamente porque es clásico y eterno como la literatura misma. Quizá todo se deba, sin más, a que siempre fue un hombre austero pegado a una guitarra, como los auténticos juglares. Todo ello vuelve a ponerse de relieve en este disco.
Precisamente, el cancionero de Paco Ibáñez se inauguró allá por la década de los 50 con un texto de un poeta andaluz: “La más bella niña” de Luis de Góngora. Desde entonces, a lo largo de más de medio siglo, su contribución a la difusión popular de la poesía española ha sido decisiva, sólo equiparable, en nuestra opinión, a la alcanzada por Joan Manuel Serrat en los casos de Antonio Machado y Miguel Hernández. Sin embargo, en el primero la raíz poética resultó mucho más sustancial y constante hasta nuestros días, posiblemente a causa de la ausencia de una veta textual propia, que para el segundo fue todavía tanto o más importante. Así las cosas, el repertorio de Ibáñez se nutrió de una lírica ya contrastada en los libros, para la que, no obstante, demostró conocimiento, sensibilidad y altura musical para adaptarla al nuevo medio con respeto escrupuloso y sin la más mínima concesión comercial.
Por lo tanto, nada mejor que reafirmar nuestra militancia en el cantante y en su obra, parte de la cual se nos presenta ahora de un modo más unitario, con nuevos aires y en una versión que puede ser la definitiva. Se agrupan en el disco veinte canciones reconocibles y cuatro nunca grabadas antes, todas ellas con la firma de poetas andaluces (Góngora, García Lorca, Machado, Bécquer, Alberti, Cernuda y Fanny Rubio), más los “Andaluces de Jaén” de Miguel Hernández. Viene a unirse así a un afán compilatorio que produjo otra gran entrega hace ahora siete años, cuando el juglar retomó otros poemas dispersos para dar a luz su disco Paco Ibáñez canta a José Agustín Goytisolo. Pareciera, pues, que a los 75 años nos obsequia con algo así como sus memorias artísticas, por más que como él mismo indica aún está en el camino. Y, en fin, con su audición se demuestra de nuevo que no hubo golpe más bajo que aquella sentencia que proclamaba que eran los nuestros malos tiempos para la lírica.
Precisamente, el cancionero de Paco Ibáñez se inauguró allá por la década de los 50 con un texto de un poeta andaluz: “La más bella niña” de Luis de Góngora. Desde entonces, a lo largo de más de medio siglo, su contribución a la difusión popular de la poesía española ha sido decisiva, sólo equiparable, en nuestra opinión, a la alcanzada por Joan Manuel Serrat en los casos de Antonio Machado y Miguel Hernández. Sin embargo, en el primero la raíz poética resultó mucho más sustancial y constante hasta nuestros días, posiblemente a causa de la ausencia de una veta textual propia, que para el segundo fue todavía tanto o más importante. Así las cosas, el repertorio de Ibáñez se nutrió de una lírica ya contrastada en los libros, para la que, no obstante, demostró conocimiento, sensibilidad y altura musical para adaptarla al nuevo medio con respeto escrupuloso y sin la más mínima concesión comercial.
Por lo tanto, nada mejor que reafirmar nuestra militancia en el cantante y en su obra, parte de la cual se nos presenta ahora de un modo más unitario, con nuevos aires y en una versión que puede ser la definitiva. Se agrupan en el disco veinte canciones reconocibles y cuatro nunca grabadas antes, todas ellas con la firma de poetas andaluces (Góngora, García Lorca, Machado, Bécquer, Alberti, Cernuda y Fanny Rubio), más los “Andaluces de Jaén” de Miguel Hernández. Viene a unirse así a un afán compilatorio que produjo otra gran entrega hace ahora siete años, cuando el juglar retomó otros poemas dispersos para dar a luz su disco Paco Ibáñez canta a José Agustín Goytisolo. Pareciera, pues, que a los 75 años nos obsequia con algo así como sus memorias artísticas, por más que como él mismo indica aún está en el camino. Y, en fin, con su audición se demuestra de nuevo que no hubo golpe más bajo que aquella sentencia que proclamaba que eran los nuestros malos tiempos para la lírica.
Publicado en Notas Sindicales, julio 2009
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