Escuché hace unos días al ministro Puente confesar su satisfacción por el rendimiento de los nuevos trenes Ave, Avril, Avlo, Talgo o como quiera que se les llame. Tantas son sus denominaciones como su colección de martirios para quienes en ellos viajan. De hecho, lo que más le entusiasmaba era su capacidad de almacenar viajeros, hasta 500 parece ser, no importa en qué condiciones, porque así, afirmaba, se responde al número ascendente de usuarios del ferrocarril. Hay que crecer en infraestructuras, es la consigna, aunque sean siempre las mismas. Porque en el fondo de poco sirve ampliar los establos de Atocha y de Chamartín, cuando en realidad hay que aliviarlos. Y de poco también amontonar viajeros y servicios si la red no da para más. Esa dichosa red radial que habría que liquidar de una vez por todas y que es la verdadera razón del caos y del embotellamiento en esos transportes de ganado: que no se nos obligue a abrevar en Madrid o en Valladolid para alcanzar cualquier destino, incluidos los más próximos.
No, no hay que crecer en lo de siempre, hay que dispersar, descentralizar, esparcir o como quiera que se le llame. Y hacerlo no por razones nostálgicas, como hay quien proclama, ni por rellenar vaciamientos que no se resuelven así. Hay que hacerlo por eficacia y por rentabilidad. Es decir, menos congestión y más digestión. Eso obligará a invertir en la recuperación de líneas que fueron exterminadas en aquellos años donde lo que prevalecía por encima de todo eran las autovías y sus dichosos cacharros que hasta aquí nos han traído. Eso supondrá, pues, rescatar cuanto antes líneas como la Ruta de la Plata, la que une Madrid con Burgos por Aranda de Duero, la Valladolid-Ariza, la Soria-Castejón o el corredor entre Santander y Levante, por poner algunos ejemplos sonoros de lo que fue el genocidio ferroviario. O potenciar trayectos transversales venidos también a menos. Entonces sí podrá el ministro sentirse satisfecho y presumir de tal en lugar de hacerlo de pastor.
Publicado en La Nueva Crónica, 13 octubre 2024
No hay comentarios:
Publicar un comentario