En estos tiempos de transición hacia no se sabe
dónde, la nuestra es cada vez más una sociedad-basura y parece
importarnos cada vez menos. Comida-basura, televisión-basura, bonos-basura,
contratos-basura, moral-basura, vuelos low-cost, bazares chinos, hipotecas
subprime… Da la impresión de que no existe escapatoria. Incluso, como remacha
Vicente Verdú en su ensayo El capitalismo funeral, “en esta actualidad, los artefactos son planos, las pantallas, las
tarifas, las compresas son planas, y hasta el planeta se ha descubierto que
también responde a la estampa de lo más plano, transitable e igual. Los cuerpos
tienden a la delgadez, la arquitectura o el arte acogen el minimal y las
ideologías son sintagmas de tres palabras: «Yes, we can»”. ¿Habrá, pues, y será
una seña de la nueva época, un pensamiento-basura?
Nos
había advertido de ello el sociólogo francés Alain Touraine en una tribuna
titulada La crisis dentro de la crisis: “Ya no hay pensamiento en el poder. La única gran tendencia
de la derecha es la xenofobia; la única gran tendencia de la izquierda es la
búsqueda de una vida de consumo sin contratiempos”. Pero nos lo ha refrescado
todavía con mayor crudeza el humorista Máximo Pradera en un artículo altamente
recomendable [http://www.huffingtonpost.es/maximo-pradera/pensamiento-basura-modo-d_1_b_1985494.html],
donde nos remite a una antigua sentencia de Milton Friedman, según la cual: "Cuando las crisis tienen lugar, las acciones que se
llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente. Creo que esa ha
de ser nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas
existentes, para mantenerlas vivas y activas hasta que lo políticamente
imposible se vuelve políticamente inevitable". Para eso están los
laboratorios de ideas pestilentes, recuerda Pradera, pero también y cada vez
con mayor poder los medios de comunicación.
En este sentido, el futuro ya está aquí y nos
acecha. Sin ir más lejos, el denominado “decano de la prensa local” leonesa
ignoraba en su portada del pasado 27 de octubre algunos hechos que a cualquier
persona sensata le hubieran parecido merecedores de un titular en cabecera. El
día anterior habíamos asistido a un nuevo episodio en el drama de la
inmigración, con el resultado de al menos 23 muertos y un número indeterminado
de desaparecidos en el tránsito entre África y el continente europeo; por otro
lado, también esa fecha fatal nos anunció que las cifras de parados en España
superaban el 25% de la población activa y alcanzaban un récord jamás conocido
en las estadísticas. Pues bien, ni una ni otra noticia llamaron la atención del
citado periódico. Por el contrario, el gran titular de cabecera, la gran
noticia, fue el siguiente: “Muere la osa
‘Jimena’ camino de Picos donde iban a soltarla”. Junto a esa emotiva
información, el toque gráfico lo completaba una gran fotografía de los
futbolistas Íker Casillas y Xavi Hernández, recogiendo el Premio Príncipe de
Asturias, y una frase no menos conmovedora: “Su amistad y compañerismo suponen
un modelo para los jóvenes”. Ésta es, pues, una muestra de la ruta de la seda
del pensamiento-basura, inoculado con las artes que utilizan el aspecto
emocional mucho más que la reflexión, y que enlazan así mismo con las teorías
del pensamiento líquido de Zygmunt Bauman. Sin embargo, este filósofo y
sociólogo polaco también nos ha advertido de que “la emoción es inestable e
inapropiada para configurar nada coherente y duradero. Con emociones solo, sin
pensamiento, no se llega a ninguna parte”. Sobre esas arenas movedizas se está
construyendo la nueva sociedad.
Publicado en Tam-Tam Press, 4 noviembre 2012
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