Decenas
de miles de personas andan estos días gestionando su rechazo a la propaganda
electoral. Los argumentos para ello son variados y todos razonables, si bien lo
que se percibe en el fondo es un gesto para expresar, tal y como señalan las
encuestas, la decepción o el enfado por el fracaso político de los últimos
tiempos. De otro modo no entiendo que me lleguen ahora mensajes por todas las
vías para sumarme a dicha campaña, pero nunca antes llegaron otros para
liberarme de la propaganda comercial que convierte mi buzón diariamente en un
contenedor de papeles muertos. Salvo la causa política, ningún otro motivo
sostiene esa diferencia de actitud. Porque, si exceptuamos el objetivo que
defiende el gasto público, lo cual es también bastante relativo, ningún otro es
exclusivo de la actual operación.
Así
pues, en cierto sentido volvemos a disparar sobre el mensajero y nos
comprometemos con una masa amorfa que, de la misma manera, rechaza otros
entresijos políticos, tal vez todos los entresijos. Si de entrada existía ya
una opinión amplia contraria a la clase política sin distinción alguna (dice el
CIS que es uno de los principales problemas para los españoles, la segunda de
sus preocupaciones nada más y nada menos), convendremos que este soniquete de
la propaganda en lugar de perseguir su solución viene más bien a servirle de
eco. Eso sí, como suele decirse puerilmente, todas y todos quedaremos con la
conciencia más tranquila, que es, como bien sabemos, no decir nada, no hacer
nada.
Porque
los remedios a los desórdenes políticos son políticos y la adecuación a los
tiempos presentes de los anticuados procesos electorales habrá de ser también
política. Por tanto, el primer paso para ello es el voto, aun repetido, hasta
forzar que esa clase política denostada recupere algo de cordura y sintonía con
el sentir de los corrientes mortales. O también a través de una mayor
implicación política, de la que andamos faltos, que sustituya a las personas
inútiles por otras más válidas.
Publicado en La Nueva Crónica, 29 septiembre 2019