Blog de Ignacio Fernández

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domingo, 24 de noviembre de 2019

Memoria


            La pasada semana, desde la tribuna de invitados de las Cortes autonómicas, asistí al debate propuesto por un procurador premoderno o altomedieval, tanto da, cuyo fin era derogar el Decreto de la Memoria Histórica y Democrática de Castilla y León. Lo presentaba en forma de Proposición No de Ley, un texto que era por sí solo y sin adornos orales un insulto a los Derechos Humanos, a la dignidad de las personas y la justicia en sus términos más simples. Merece la pena leerlo para saber por donde andamos, pues no se trata ya de una pura exaltación mitinera sino de un texto formal con todos los sacramentos. Para conocer así mismo lo que piensan o no piensan más de tres millones y medio de votantes.

            Al antedicho procurador le respondieron en primer lugar otro par de procuradores directamente modernos o decimonónicos, tanto da, cuyos discursos se caracterizaron por su escaso ardor y tono paternalista. También una procuradora contemporánea o finisecular, tanto da, muy irritada, que defendió, sí, la memoria pero que en ningún momento aludió al Decreto de referencia. Hubo finalmente un procurador indefinido que se ausentó, esto es, que no procuró, tal y como le obligaba su cargo. Y un Vicepresidente que dijo la frase más rotunda y literaria de todas las intervenciones en relación al grupo político del proponente: “ustedes cabalgan sobre el odio”. Como consecuencia de todo, la Proposición fue derrotada.

            En estos tiempos poscontemporáneos, la retórica parlamentaria es interesante pasa conocer el pensamiento de quienes nos representan: el lenguaje los delata como lo hace con todos nosotros sin excepción. Escuchándolos, llegué a la conclusión de que las palabras más actuales sobre la materia eran las de un muerto, Marcos Ana, auténtico sujeto de la memoria: “Yo no pido clemencia. Yo no junto las manos temblorosas en un ruego. Arden voces de orgullo en mi palabra cuando exigen –sin llanto– que las puertas de la venganza oscura se derriben y a los hombres descuelguen de sus cruces…”.

 Publicado en La Nueva Crónica, 24 noviembre 2019

viernes, 22 de noviembre de 2019

JUAN CARLOS LORENZANA: Relatos mineros

EL AUTOR
     Zana, nacido en Ciñera de Gordón en 1964, es hijo, nieto y bisnieto, por ambas partes, de mineros. A los diecisiete años inició el curso para Ayudantes Mineros (Mineros Canteros) y al cumplir los dieciocho ingresó en la Hullera Vasco Leonesa, en el Grupo de Santa Lucía, donde pasó por las categorías de ayudante minero, ayudante barrenista, artillero y vigilante. Fue alcalde del Ayuntamiento de La Pola de Gordón, puesto desde el que siempre defendió que él era un minero que estaba de alcalde. Dimitió de este cargo al no aceptar la política contraria a la minería del carbón llevada a cabo por el partido por el que se había presentado. Relatos mineros es su primer libro editado.

EL LIBRO
      Acerca del libro, dice el propio autor: “Con estos relatos se quiere abrir, mostrar, enseñar más allá de las cuencas mineras, cómo fue que sufrimos, que luchamos, que lloramos y que reímos. Cómo fue que vivimos. Cómo se llegó al convencimiento de que juntos, y sólo juntos, podíamos soportar el vivir en zonas inhóspitas, con un clima adverso, en un trabajo duro, durísimo, que nos ha hecho pagar mucha sangre. Y, durante mucho tiempo, represaliados. Con estos relatos mineros queremos contar para desmentir, contar para desmontar toda la infamia que de nosotros se ha dicho y se ha escrito”. Por su parte, añade el escritor Julio Llamazares en el prólogo: “Literatura sin ganga, ni escoria, y con el aliciente de, por primera vez, haber sido escritos por alguien que conoció y vivió lo que cuenta desde dentro, no como quienes hemos escrito de la mina desde fuera, de oídas o imaginándola". Ala final del libro, se incluye, además, un interesante glosario sobre el argot minero.

EL TEXTO
     "Las luces de las casas, tenuamente macilentas, alumbran los ojos somnolientos de los mineros que han madrugado para ir a trabajar. La luz del alba es insuficiente. Surgen como hormigas por los soportales y como hormigas van entrando en el surco de lo cotidiano. Caminan medio adormilados buscando los cuartos de aseo. Pocas conversaciones, todas anodinas, se cruzan entre ellos. Fuman, fuman de manera continua, casi obsesivamente". 

 

domingo, 17 de noviembre de 2019

Clasificación


            Coincide este fin de semana en medio de una nueva ronda del torneo clasificatorio para la Copa de Europa de Fútbol 2020, lo que en lenguaje televisivo se conoce como European Qualifiers. Al menos ese es el rótulo con el que se adornan los comentaristas del evento y que enmarca toda la publicidad de las retransmisiones. Dejemos constancia, además, de que tal abuso sucede en la televisión pública, no en  una plataforma digital, donde todo vale, ni en una televisión privada, donde todo está permitido.

            Hace mucho tiempo que nos volvimos idiotas y que nuestros complejos de inferioridad se expresan también por esta vía del desprecio a la propia lengua. O a todas las lenguas del Estado, que también son nuestras. De hecho, en las recientes campañas electorales, poco o nada se ha dicho sobre este asunto cuando, puestos a ser patriotas, ése, el de las lenguas, es posiblemente el primer valor. Qué se le va a hacer, era preferible hablar de banderas que es algo mucho más convencional y mudable porque, probablemente, sea un comportamiento que enlaza así mismo con la idiotez. O si no, obsérvese el caso catalán tan de moda: una señyera y dos esteladas, pero una misma lengua catalana. Aunque también allí abundan los idiotas; sobre todo en los campos de fútbol, claro, donde es habitual encontrarse descomunales pancartas con el mensaje “Freedom for Catalonia”. También tienen sus complejos. Incluso en el Country Basque.

            Lo cierto es que el caso del fútbol es especialmente lamentable, si bien no es el único ámbito para demostrar la estupidez. Y eso que, tratándose de un deporte inglés en origen, la adecuación de su léxico a nuestro idioma fue más que admirable y nada discutible. Pero ahora estamos en otra fase, no ya en la de adaptar una terminología que hicimos nuestra a base de dar patadas a un balón, sino en la de entregar directamente nuestra expresión al dominio del Oxford English Dictionary y quedarnos tan anchos. A pesar de que seguimos empeorando en el dominio de la lengua inglesa

Publicado en La Nueva Crónica, 17 noviembre 2019

domingo, 10 de noviembre de 2019

Rascacielos


            En días de futuro incierto, como el de hoy, bueno es hablar de futuros imperfectos como otra conjugación del mismo tiempo. Sé que me repito, pero, a falta de otras respuestas u opiniones al respecto, habrá que seguir machacando sobre ese hierro frío.

            Vuelve algún medio local a regocijarse con un futurible rascacielos de 18 pisos que será, afirman entusiasmados, el símbolo de la nueva ciudad y que, aseguran todavía con mayor deleite, coronará la orilla izquierda de León. Basta observar la retórica empleada para advertir que no estamos ante una información sin más, un suelto cualquiera, un relleno para una página que quedó huérfana. Todo lo contrario, la selección del léxico, más bien valorativo, nos descubre el gato encerrado que se esconde detrás de la noticia. O de quien facilita esa noticia, que se convierte automáticamente en parte de la misma o en su cómplice. Más aún si acudimos a otra de las frases gloriosas con que se nos traslada la información: “se espera cerrar el compromiso con una constructora relevante y que el diseño lo convierta en un emblema”. Símbolo, corona, emblema… ¡Esto es León!, repetía en su estribillo hace más de treinta años el grupo Berlín Interior y así seguimos…

            Por si fuera poco todo lo anterior, el informante anónimo (la noticia la firma el propio medio), experto en urbanismo fálico, sentencia que la edificación que se nos avecina dejará atrás al edificio Faro de Trobajo del Camino, 16 alturas, y a la Casona de Pinilla, 13, pero no lo conseguirá, ay, con la torre de la Rosaleda en Ponferrada y sus 30 plantas. También en esto de las longitudes se notan los traumas del subconsciente de algunos periodistas, de algunos arquitectos e incluso de algunos políticos municipales que aplauden con las orejas este proyecto absolutamente extravagante.

            Así que sí, esto es León, tan urgido de viviendas sociales y de espacios públicos, tan pespunteado por ruinas y por solares vacíos, que decide ahora crecer en vertical con un ficticio skyline de secano.

Publicado en La Nueva Crónica, 10 noviembre 2019

domingo, 3 de noviembre de 2019

Miradas


            Mañana se inaugura en León la exposición “Desde su mirada”, en la que mujeres inmigrantes nos desvelan a través de fotografías su realidad actual y de origen. Es una buena ocasión para limar mediante esos retratos las hipérboles electorales acerca de esta materia y sobre todo es un motivo para pensar en ello frente a la simpleza, la mentira y la mala baba de muchas afirmaciones al respecto.

            Si uno se para a observar la realidad sin prejuicios y sin odios, descubrirá por ejemplo que, en lo relativo a esta Comunidad Autónoma, sólo el 5% de su población es de origen extranjero, 18.269 en la provincia de León, lo cual confirma que no se está produciendo ninguna invasión. Descubrirá así mismo que las nacionalidades más representadas son de la Unión Europea (Rumanía, Bulgaria y Portugal), ciudadanos y ciudadanas del mismo espacio político que nosotros, y no de esa África oscura con la que nos amenazan los divulgadores de falsedades. Y descubrirá finalmente que de toda esa población más de la mitad reside en el medio rural, es decir, en esas comarcas vaciadas por los indígenas a las que tanto nos gusta referirnos ahora, lo cual contrapesa al menos el abandono al que las hemos sometido. Si por otra parte, al hilo de la citada exposición, nos fijamos en las mujeres inmigrantes, romperemos de ese modo con su más que evidente invisibilidad y podremos aclarar que, como las españolas, su formación es superior a la de los hombres, si bien sus ocupaciones, en general, están muy por debajo de dicho nivel formativo. Además, las trabas burocráticas para homologar sus estudios limitan su acceso tanto a determinadas profesiones como a continuar formándose en España.

            En fin, las patrañas y las calumnias son fáciles y gratuitas, más aún si se carece de vergüenza. Pero también es fácil, y está al alcance de cualquiera, contrastar ese tipo de declaraciones torcidas. En la Casa Botines, hasta mediados de este mes de noviembre, se nos brinda la oportunidad de ajustar nuestro punto de vista.

Publicado en La Nueva Crónica, 3 noviembre 2019