Blog de Ignacio Fernández

Blog de Ignacio Fernández

domingo, 26 de marzo de 2023

Escepticismo

            Hace unos días tuvimos la suerte de asistir en la ciudad de Ávila a un debate sobre libertad de expresión donde participaba la socióloga y dramaturga Noelia Adánez, cuyo mensaje último nos alertaba sobre el escepticismo y sus peligros. También se refería a ello colateralmente en una tribuna aparecida en el diario Público poco después, en la que unía esa desconfianza con el desamparo para describir lo que es en suma el pozo negro de la política.

 

            Hasta la fecha habíamos reparado y glosado en estas columnas los males que se derivan del miedo y de la indiferencia, ambos más o menos inducidos, en lo que se refiere al engranaje social y al compromiso público. Más bien a la falta de compromiso y al desajuste. Pero las opiniones de Adánez añaden un nuevo componente a ese repertorio de quebrantos que estrangula a las sociedades modernas y que tiene como objetivo último el debilitamiento de sus instituciones y de sus formas de gobierno democráticas. No se trata sólo de que el miedo nos paralice ni de que la indiferencia nos convierta en displicentes. Lo que sucede con el escepticismo, es decir, con la incredulidad más absoluta, es que nos deja a la intemperie, sin referencias ni asideros, perdidos en un océano de constantes contradicciones y de falsedades. No es ya un problema de naturaleza política individual, como se verifica en las dos primeras contrariedades, es que el escepticismo nos confunde, nos desmorona anímicamente y afecta incluso a nuestra salud mental. Socialmente es una enfermedad gravísima.

 

            Ni siquiera nos ayuda, para superar ese estado, acudir a la doctrina filosófica de los escépticos. En el contexto actual, ¿de qué nos sirve Sócrates y su “sólo sé que no sé nada”? Y si, como todos ellos consideraban en mayor o menor medida, no hay forma humana de conocer la verdad, ¿qué será de nosotros en ese reinado de la mentira en que se ha convertido el escenario público? Si hasta los bancos suizos quiebran, ¿en dónde depositar nuestro capital de ideas y de emociones?

 

Publicado en La Nueva Crónica 26 marzo 2023

domingo, 19 de marzo de 2023

Padre

            En las fiestas de San Juan del año 1977 se representó en el Teatro Trianón la obra “Hablemos a calzón quitado”. Escrita por el argentino Guillermo Gentile, se había estrenado en su país mucho antes, en 1969, y sólo llegó a España tras la muerte del dictador. Quizá el retraso se debió a que le acompañaba un subtítulo peligroso: “El rostro humano de la revolución”. El caso es que tuvo éxito allá y acá, tanto que ha seguido subiendo al escenario de cuando en cuando, aunque nunca regresó a la ciudad de León. Su contenido era tan simple como ambicioso: una pequeña parábola donde tres personajes, un padre castrador, un hijo espástico y un anarquista alucinado, exploran la posibilidad de permitir al ser humano enfrentar y elegir libre y espontáneamente su propio destino.

 

            Aquel padre brutal de la obra de teatro viene a cuento en el día de hoy por la celebración que pretende honrar, comercialmente hablando, a esa figura. No es que todos sean padres brutales, por supuesto, aunque ése es un linaje que nunca se extingue. Sorprende, eso sí, que en estos tiempos de continúa revisión de todo lo humano y lo divino crezca de forma notable cuanto se refiere a nuevas familias y nuevas maternidades; no así a nuevas paternidades, como si este rol no necesitase de actualizaciones. Hay familias monoparentales, familias reconstituidas, familias homoparentales, familias unipersonales, familias dink y familias lat… Hay madres abandonadoras, malas madres, madres tóxicas, madres ambiguas, madres desobedientes, no madres… Pero ni rastro de un inventario parecido para el caso de los padres del presente, relegados posiblemente por cuestiones culturales y de ingeniería social a un papel secundario. Quizá un papel ganado a pulso por ellos mismos a base de ausencias.

 

            En cierto modo, les sucede como al Teatro Trianón, donde por cierto vimos también por aquellos años la película de los Taviani “Padre padrone”: permanece dormido desde hace décadas sin que casi nadie piense en él o acuda a despertarlo.

 

Publicado en La Nueva Crónica, 19 marzo 2023



domingo, 12 de marzo de 2023

Músculo

            El caso es que el gemelo de la pierna izquierda se me ha rebelado y desde hace unos meses le ha dado por doler de una forma estúpida. Según mi médica de cabecera es cosa de la edad o del tabaco. Le he preguntado si podría haber alguna otra causa menos obvia y me ha enviado al fisioterapeuta (si puedes pagarlo, dijo con disimulo). Llevo varias sesiones con el fisioterapeuta, que me ha masajeado de lo lindo mientras nos contábamos nuestras vidas y me ha recomendado algunos ejercicios que hasta ahora no me han servido de mucho.

 

            Antes de este episodio, sólo tuve conciencia de la existencia de mis músculos a causa de una tendinitis en el hombro hace unos años, que se fue como vino, y en la época melodramática de la adolescencia. En aquel entonces lejano yo era un jijas espigado. Decidí jugar al baloncesto porque eso me aseguraba el aprobado en Educación Física sin esmerarme mucho en las tablas de gimnasia ni en saltar el potro o el plinto, que no me hacía ninguna gracia. Tampoco la liga escolar nos importaba mucho, éramos más bien unos mantas, no nos quedaban bien ni las camisetas. Lo único que de verdad nos colmaba de alegría era ganar los partidos contra el equipo del Corazón de María, niños pijos de gente bien.

 

            Un día leí por azar una entrevista con Rafael Rullán, un auténtico jugador profesional de baloncesto al que admirábamos. Cuando le preguntaron por su físico que contrastaba con el de los jugadores norteamericanos, respondió firme: “yo soy el típico jugador de músculo alargado”. Me salvó la vida. Gracias a Rullán me acepté tal cual era, un tipo de músculo alargado. Para un adolescente flaco y con gafas de culo de vaso sólo había dos escapatorias: la autodestrucción o la literatura. Elegí hacer de la vida una ficción y creo que tuve éxito, aunque ahora, frente al dolor del gemelo, no sé qué figurarme. Por si acaso, he recuperado un viejo disco de Cat Stevens que por aquellos años nos acunaba y lo hago sonar en bucle: “morning has broken like the first morning…”

 

Publicado en La Nueva Crónica, 12 marzo 2023

domingo, 5 de marzo de 2023

Necios

            El paso de los años nos lleva a reconocer, tarde siempre, las ocasiones nunca bien aprovechadas para el bien de la humanidad. Una zancadilla a tiempo o un codazo certero, todo con mucho cariño naturalmente, nos hubieran librado, de haberlo sabido a tiempo, de más de un consejero de cultura o de algún gestor cultural con ínfulas. No lo hicimos en su momento y por eso los necios acaban llegando adonde llegan, incluso a gobiernos y direcciones de mucho postín.

 

            A caballo entre las décadas de los setenta y de los ochenta del pasado siglo, cuando la olla comenzaba a hervir en este país y alboreaba una movida cultural evidentemente sabrosa, el escritor Juan Cueto sentenció: “la cultura es una perra de lujo a la que todo se le vuelven pulgas”. No sé qué pensaría hoy y aquí cuando las pulgas se han vuelto garrapatas y el desfile de necedades nos deja estupefactos: la concesión del Premio de las Letras a un conmilitón sin mayor mérito literario que escucharse a sí mismo; la propuesta para declarar las señas de la inhumanidad como bienes de interés cultural; o el énfasis monástico como marco ideológico y no patrimonial… En fin, todas esas decisiones que nos conducen hacia el modelo de vida y hacia la moral medievales, tal y como soñaba el anacrónico protagonista de “La conjura de los necios”.

 

            Por fortuna, los años tampoco pasan en balde. Cuarenta años atrás, como escribíamos la pasada semana, hubo que levantar en esta comunidad un edificio cultural prácticamente desde la nada. Ese obrar y el de otros muchos, entes públicos e iniciativas privadas sumadas, han permitido avances que en muchos sentidos son irreversibles. Basta con repasar la agenda cotidiana en todas nuestras poblaciones: la agenda inteligente. Irreversibles no quiere decir que progresen por sí solos, aunque bien es verdad que muchas acciones culturales triunfan a pesar de las administraciones públicas, lo que también nos da una idea de lo que se cuece. Sea como sea, celebramos que hay vida más allá de la necedad.

 

Publicado en La Nueva Crónica, 5 marzo 2023