“Pasa ligera la maldita
primavera…” fue un estribillo que popularizaron a medias las cantantes, más
bien prescindibles, Loretta Goggi en italiano y Yuri en español. Lo citamos
aquí como apertura de esta serie primaveral porque si algo tiene esa estación
es precisamente una acentuada tendencia a lo hortera y a lo bobalicón por
donde, sin olvidarla del todo, trataremos de no transitar.
Sin embargo, cuando de la
primavera tratamos, inevitable resulta dejarse atrapar por lo colorido y lo
floral, por lo almibarado y por lo hormonal, es decir, por todos esos tópicos
adolescentes que unen a la dichosa estación con el estallido de todos los
excesos vitales. El cancionero da muestras de ello, aunque no tanto como
podríamos pensar. De hecho, clásicos como Vivaldi o Smetana aparte, no son
muchas las muestras ni de buen ni de mal gusto que toman a la primavera como
razón de ser para la creación musical. Nos quedaremos, pues, con las primeras,
y le sumaremos como corolario un bonito ramillete de flores, que en esto sí que
se han estirado artistas y creadores con notable entusiasmo.
Observaremos, para
empezar, que hay un idilio importante entre la primavera y el flamenco con dos
ejemplos que nos parecen de comunión más que obligatoria: La primavera [https://www.youtube.com/watch?v=8joR6ZNNUfI] de Camarón de la Isla y Primavera [https://www.youtube.com/watch?v=yFnU2_cCyzk] de José Mercé. El primero se sirve del motivo
para hundirse en sus raíces étnicas, mientras que al segundo le pone en bandeja
un peculiar ejercicio de psicoanálisis. Sorprendentes tratamientos del asunto
el que ambos plantean, que desembocará más tarde en el desinhibido juego
protagonizado por Los Delinqüentes con su interpretación de La
primavera trompetera a base de todo tipo de mixturas [https://www.youtube.com/watch?v=ZQK1poE6seo].
En el extremo opuesto, el
de una lírica mucho más relajada e intimista, se sitúan el portugués José
Afonso con un antológico Coro de primavera [https://www.youtube.com/watch?v=DdW9e3rB3dg] y Franco Battiato con Era l’inizio della primavera
[https://www.youtube.com/watch?v=V08waYTsmi8], dos canciones bellísimas y sugerentes.
“Levántate al sol de verano / somos nosotros tus cantores”, clama el primero,
en tanto que describe el segundo: “La primavera comenzó un poco antes de
tiempo, / la hierba apenas se veía, y nosotros estábamos bien”.
Y este breve camino
primaveral culmina, ya que no da más de sí según se advertía al principio, con las
melodías suaves de Los Pasos interpretando Primavera en la ciudad [https://www.youtube.com/watch?v=OqD5dFmYfHg] y las más que aceleradas de Manu Chao con su
muy particular visión de La primavera [https://www.youtube.com/watch?v=RoV-Dy1TRsg]. Y no hay más, sinceramente.
En cambio, cuando
atendemos al florero, el cancionero se desmelena y nos ofrece un monumental
florilegio, verdaderamente inabarcable, para cada una de cuyas piezas podría
construirse su respectiva playlist: rosas, gardenias, claveles… se multiplican
y reproducen como si de una interminable primavera se tratase, si bien son las
rosas las que acaban reinando en todo tiempo y estilo. Mas como lo que aquí
pretendemos es únicamente un adorno floral para la dichosa primavera,
propondremos tan sólo unas pequeñas muestras, suficientes no obstante para el
ardor apícola.
El jardín lo inaugura un
cantable de tipo general y simbólico, sin atender a especies ni variedades,
movido en exclusiva por el significado esperanzador de lo florido: “No soñemos
pasados / que el viento se ha llevado, / una flor de hoy se marchita justo al
día siguiente. / Es preciso que nazcan flores a cada instante”. Así entonaba
Lluis Llach en Cal que neixin flors a cada instant [https://www.youtube.com/watch?v=y6TlypU1NGA].
Pero yendo ya a lo preciso,
inevitables son, como decíamos, las rosas, cualquier tipo y de cualquier color,
con cualquier motivo y para toda ocasión. Así que empecemos por ellas la
selección, en concreto con las Cuatro rosas que consagraron en su
plenitud a Gabinete Caligari [https://www.youtube.com/watch?v=1CMb0n9ImkA], por más que el sentido en este caso pueda tener
también otros referentes. Aspiremos a continuación el aroma A
jazmín que propone El último de la fila [https://www.youtube.com/watch?v=Ty83LVawBUA] y recuperemos a su lado la voz y la figura de
la peruana Chabuca Granda glosando La flor de la canela [https://www.youtube.com/watch?v=h8T-MbBEpUI]. Añadamos al ramillete las eternas Dos
gardenias, según interpretación más que personal de Amparanoia [https://www.youtube.com/watch?v=56ePtjXkB_k] y cerremos, en fin, este pequeño repertorio de
canciones con el inexcusable Ramito de violetas de Cecilia [https://www.youtube.com/watch?v=o1UhzRO-S60].
Lo cual que dejaremos
aquí ya tanta exuberancia, no vaya a ser que nos salga algún sarpullido o que
acabemos hundidos en la astenia primaveral, que de todo hay en esta dichosa
estación. No da tanto de sí, como hemos querido demostrar, en cuanto al
cancionero se refiere, superada desde luego por la inflación estival e incluso
por un invierno cargado de referencia meteorológicas, que han sido ya motivo de
nuestra dedicación en episodios anteriores del Moderato Cantábile. Así
que no queda otra que ir apagando interruptores, devolviendo cantables a sus
estuches digitales o analógicos y sugiriendo uno último como colofón para todo
ese sucederse de estaciones y de emociones. Nos referimos a Spring,
Summer, Winter and Fall [https://www.youtube.com/watch?v=1jGdJw5SbWE] de Aphrodite’s Child, el grupo donde dieron sus
primeros pasos primaverales gentes tan sonoras como Demis Roussos o Vangelis.
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