Tiempo
atrás, quedó aquí glosado y comentado fuera el llamado turismo de porrón y
crucifijo, que es santo y seña del turismo local. Se trata de un fenómeno que
despierta pasiones entre sus gestores y beneficiarios, pero que apenas si tiene
repercusión sobre la economía y el empleo. Economía y empleo sólidos, queremos
decir. Cumplen, sí, otro objetivo encubierto muy extendido en estos tiempos:
anestesiar a las gentes, pues sabido es que inciensos y orujos son drogas muy
útiles para esos efectos. De modo que todos tan contentos: jacobeos,
procesionarios, solteros, genarines, sanjuaneros y todas las órdenes del grial
y del botellón con sus sumos sacerdotes al frente.
Mas
llegados a este punto, una nueva o vieja variante del turismo se nos presenta y
anima el jolgorio hostelero: las oposiciones. Sucedió hace unos meses con las
de enfermería y acaba de ocurrir ahora con las de enseñanza. Tantos años sin
convocatorias y tanta desesperación laboral han acumulado levas de aspirantes
dispuestas a competir al precio que sea. Incluso con una mayor movilidad
geográfica. Son precisamente esos movimientos de población necesitada de un
trabajo y llamada a opositar los que aprovechan la usura y el abuso para hacer
caja. Bajo el sutil argumento de las leyes de oferta y demanda, los precios de
los hoteles alcanzan niveles inaceptables en un doble sentido. En principio
porque no son asequibles para la población en general, bastante empobrecida. Y
en segundo lugar porque se establecen para los más agobiados, convirtiendo así
a los parias en objeto supremo de explotación.
Asistimos,
pues, a una muestra elocuente del tipo de riqueza que estamos dispuestos a
crear en la provincia: la fertilidad de los buitres. Somos muy dados por acá a
demandar inversiones de más allá y no es la audacia empresarial, salvo
excepciones, nuestra principal cualidad. El turismo de oposición, como se ve,
es una de las nuevas aspiraciones gloriosas de los mesoneros locales. La mejor
fórmula para no salir de pobres.
Publicado en La Nueva Crónica, 28 junio 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario