Blog de Ignacio Fernández

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domingo, 12 de mayo de 2024

Vírgenes

            Mañana se inicia el calendario de las vírgenes. Tuvo su preludio durante la semana santa y no fue poco. También, hace un mes, la Sobarriba cumplió con su voto a la Virgen del Camino. Pero es a partir del 13 de mayo cuando toda la agenda se torna virginal hasta pasado septiembre, momento en que se hace una pausa para retornar el 8 de diciembre. Y así año tras año.

 

            En fin, ya sabemos que las razones son varias y que las fiestas se celebran todas, sean religiosas o paganas. No entraremos en ello. Pero sí diremos, y de ahí hablar de vírgenes en esta columna civil y mundana, que no sólo de lo festivo y de lo tradicional nace nuestro conocimiento y padecimiento del asunto. No, se debe, al menos para quienes tenemos cierta edad, al auténtico adoctrinamiento al que fuimos sometidos sin opción alguna, sin que existiera posibilidad de elección de centro educativo ni escapatoria posible. Nos adoctrinaron en lo religioso y en lo militar. Por eso causa cierta gracia, o desgracia más bien, escuchar a determinados líderes, por lo general de extrema derecha, y a ciertos padres y madres, por lo general fundamentalistas, afirmar que en los colegios, en los institutos y en las universidades se adoctrina. ¿Se adoctrina lo qué? deberíamos preguntar. ¿En lo no religioso y en lo no militar? Pues sólo faltaría. En suma, que son quienes nos sometieron al yugo y las flechas de la catequesis, o quienes recibieron su herencia, los que ahora invierten el sentido del obrar y se sienten ofendidos y protestan y denuncian y claman y se rasgan las vestiduras y ponen una vela a la virgen.

 

            De aquellas enseñanzas supimos escapar gracias a la lectura -tanto daño hacen las bibliotecas- cuando nos castigaban en esos antros llenos de libros y de silencio. Allí se nos apareció, entre otros, Jardiel Poncela, que en 1931 -fíjense ustedes la fecha- firmó una novela que vino a salvarnos: “Pero… ¿hubo alguna vez once mil vírgenes” Pues sí, eso parece si atendemos a la pervivencia de lo religioso en el calendario.

 

Publicado en La Nueva Crónica, 12 mayo 2024

domingo, 5 de mayo de 2024

Trecet

            Yo echo de menos a Ramón Trecet. Aparte de cuanto aprendimos con él en su programa radiofónico Diálogos 3, en antena casi toda una vida, desde 1986 hasta 2008, recuerdo especialmente su forma de comentar los partidos de baloncesto de la NBA y otros, podríamos decir que inventó un lenguaje. Era pausado, explicaba con profundidad e introducía las dosis necesarias de intensidad y humor. Lo dejó, como se deja todo, y le siguió en esas mismas labores un ser bastante curioso, con mayor tendencia al espectáculo y a la grandilocuencia, Andrés Montes, que se apropió de la expresión futbolística del tiquitaca y la convirtió en un comodín. Era ya otro lenguaje, otra forma de retransmitir, seguramente era ya otra la audiencia. Tampoco queda nada de eso. En realidad, ya no hay lenguaje propiamente dicho, sólo imágenes que se suceden veloces a través de TikTok con los pasajes más destacados de los partidos, mates, triples inverosímiles y, a ser posible, broncas, muchas broncas. Nadie explica nada, no hay comentarios, sólo el sonido de fondo.

 

            Del mismo modo que hubo un pensamiento formal, con mayor o menor sustancia, hubo otro pensamiento Ikea, creado a base de elementos sueltos y a medida, que duró lo que dura un mueble de esa marca. Lo que hoy se lleva, en cambio, es el pensamiento TikTok, construido, como lo antedicho, con pequeños episodios inconexos, ocurrencias se llaman también, con tendencia al follón, con mucho ruido de fondo y constantemente autorreferenciados, sin explicación, sin argumento, si acaso con un relato basura. Lo habíamos visto venir, pero hace unos días asistimos a su definitiva consagración en el Parlamento, en una rueda de prensa que se llevó a cabo en el Parlamento, aunque a mí me hizo dudar sobre si se celebraba en una verdulería. La firmó una diputada leonesa para hablar de la familia del Presidente del Gobierno. Su pensamiento y su expresión fueron una lección rápida y sucinta de TikTok. Repásenla y echarán de menos a Trecet, como me sucede a mí.

 

Publicado en La Nueva Crónica, 5 mayo 2024