En
nombre de la Fundación Jesús Pereda,
y me atrevo a decir que en nombre también de las Comisiones Obreras de Castilla
y León de las que formamos parte, lo primero que debo confesarles es nuestra
satisfacción por encontrarnos hoy en la ciudad de Ávila. Mejor dicho, por
celebrar este acto tan importante para nosotros, la entrega de los Premios Diálogo, precisamente en este
Auditorio y en su compañía. También en la de las personas premiadas, por
supuesto.
Anteriormente,
León, Zamora y en numerosas otras ocasiones Valladolid habían sido la sede de
estos actos. Al ir más allá de esas tres ciudades, estamos cumpliendo hoy uno
de los objetivos de nuestra Fundación, que tiene vocación autonómica: extender
nuestra presencia allá donde el Sindicato actúa en la que es su principal razón
de ser, la acción sindical. Y formalizamos así mismo un propósito que hicimos
ante la Comisión Ejecutiva de CCOO de Castilla y León cuando nos encomendó,
hace ahora un año, la dirección de esta Fundación; lo mismo que poco más tarde
repetimos ante nuestro Patronato: no crecer tanto en programación como
desplegarla con generosidad. Por ese motivo queremos compartir con todos
ustedes, como lo hemos hecho antes en el seno del propio Sindicato, que a lo
largo de los primeros seis meses de este año hemos llegado con nuestras actividades
a 13 localidades de Castilla y León,
las nueve capitales de provincia más Ponferrada, Miranda de Ebro, Aranda de
Duero y Ciudad Rodrigo. No es poco si se tienen en cuanta nuestro presupuesto
humilde y nuestras capacidades limitadas, pero ese hecho nos demuestra una vez
más que el Sindicato llega adonde llega gracias al trabajo y al convencimiento.
Y sucede así tanto en la citada acción sindical propiamente dicha como en la
intervención cultural con similar acento.
Conviene
decir también que estamos aquí porque las Comisiones
Obreras de Ávila, inquietas siempre, elevaron una candidatura que a la
postre resultó elegida por el Jurado para este Premio. Es decir, el
reconocimiento que hoy hacemos a Serafín de Tapia no es un galardón ni a
distancia, ni en diferido ni on line.
Todo lo contrario, es una expresión cercana de gratitud de sus paisanos y de
sus paisanas en primer lugar, de sus correligionarios en segundo término y de
la organización en la que ha sido y es militante activo a lo largo de su vida.
Ahora bien, tan relevante es esto, y justo es para nosotros señalarlo, como
sentirnos identificados con otros que en nuestros entornos actúan, trabajan y
se comprometen en sus destacados quehaceres. Me refiero a los protagonistas de
los otros dos premios: el Centro de Interpretación del Folklore de San Pedro de
Gaíllos y la Asociación Vecinal ZOES de Salamanca. Más adelante, en esta misma
ceremonia, se hablará de los méritos que en todos ellos observaron los miembros
del jurado para emitir su fallo.

Porque
lo oportuno en este momento es destacar que los Premios Diálogo, en su IX edición, vuelven su mirada de nuevo hacia
el trabajo de aquellas personas o instituciones del mundo
de la cultura que han potenciado un avance social y cultural en Castilla y León.
Ése es el sentido de estos premios, que no añaden un componente económico ni un
esplendor mediático, pero que, modestamente, pueden presumir de unas señas de
identidad bien particulares y reconocibles a través de los nombres de quienes
han resultado premiados en
lo que a la trayectoria individual se refiere: Carlos Sanz, Catalina Montes,
Chema Sarmiento, Manuel Jular, Manuel Sierra, Rosa María Mateo, Luis Díaz de
Viana y Eliseo Parra. Observemos, si se prefiere, las disciplinas que todos
ellos representan y completaremos el mapa de estos premios: arqueología,
fundaciones, cine, pintura y diseño gráfico, muralismo y dibujo, periodismo,
antropología y música popular. Tampoco es poca cosa, podemos insistir.
En
fin, aunque informalmente se hizo lo posible siempre en ediciones anteriores
para que este Premio resonara más allá del fallo y del acto de entrega de
galardones, lo cierto es que sólo desde el año pasado, en la VIII edición, nos
comprometimos a asegurarle un eco
cierto. Y lo hicimos promoviendo actividades
de extensión del mismo en las localidades de donde procedían los premiados
en un segundo orden: Ponferrada y Ciudad Rodrigo. Pues bien, del mismo modo
anunciamos ahora que, a la vuelta de este verano que hoy mismo inauguramos,
intentaremos hacernos presentes en San Pedro de Gaíllos y en Salamanca. Dijimos
un año atrás y lo repetimos ahora que “no debemos conformarnos con esta velada
ni con la repercusión, mayor o menor, que haya tenido o vaya a tener”, pues
“haciendo honor a la denominación, el diálogo, es preciso que éste se
establezca entre sus emisores y muchísimos más receptores”. Esto es así también
porque, cuando este premio nació, la idea original consistió en reconocer a
quienes transitan con su equipaje cultural de una a otra provincia, de una a
otra comarca, dentro de las vastas tierras de Castilla y de León. Esa idea
primera creció porque no nos era suficiente con reconocer el viaje, sino que
debíamos atender sobre todo a la comunicación que se establecía entre los
peregrinos y quienes los acogían. Queda así más que justificada, por tanto,
nuestra propuesta.
Queremos,
para acabar, agradecer a la dirección de este Auditorio las facilidades que nos
ha brindado para llevar adelante esta cita. Lo mismo que a quienes la han hecho
o la están haciendo posible con su trabajo. Intentamos, modestamente,
establecer redes de colaboración
siempre que nos es posible, porque estamos convencidos de que el trabajo en
materia cultural debe llevarse a cabo en cooperación más que en competencia.
Porque es verdad que en muchos casos la iniciativa cultural tiene un carácter
individual y reservado, pero su difusión ha de ser siempre, a nuestro juicio,
expresión del colectivo. La cultura es de uno en principio, pero acaba siendo
de toda la sociedad.
Motivados
por ello y por nuestras señas de identidad laboral, publicamos hace medio año
un primer estudio titulado “La cultura
en Castilla y León 2018”. En el mismo, aparte de una descripción detallada
de nuestra actividad cultural pública y privada, su financiación y sus gastos,
su empleo y sus empresas, enunciamos algunas propuestas. Entre otras
sugerencias, decíamos en él lo siguiente: “Junto al combate general contra todo tipo de desigualdades, es necesario
incluir en el catálogo la desigualdad territorial en materia cultural. No es
sólo una tarea local dicho combate; afecta también a la planificación estatal.
Pero bueno sería equilibrar el reparto del sector entre comunidades autónomas,
o al menos recortar las distancias que nos separan de los grandes focos
culturales (…) En lo local, y por lo tanto en lo gobernable directamente, es
necesario que el sector crezca, que crezca el número de empresas y que esas
empresas cobren mayor dimensión. Como en cualquier otro sector de la
producción, esto permitirá ser más competitivos. Las empresas culturales en
Castilla y León son demasiado pequeñas, seguramente porque han sido una vía de
escape ante la pérdida de empleo asalariado, pero ésta es una circunstancia que
es preciso modificar a través de la recuperación de empleo y del
robustecimiento de las empresas”.
En fin,
también éstas eran algunas de las reflexiones que queríamos compartir hoy con
todos ustedes.
Texto leído en la entrega de los IX Premios Diálogo de la Fundación Jesús Pereda, Ávila 21 junio 2018