Entre
las imágenes y mensajes educativos que últimamente decoran los paquetes de
tabaco, uno no menor es el que advierte de que fumar aumenta el riesgo de
ceguera. Aunque, dependiendo de lo fumado, convendría añadir que a tal riesgo
se le suma el de sufrir alucinaciones, que es bastante más común que el primero
pero igual de nocivo. Por último, entre tanta humareda, no estaría de más
avisar de que el tabaco nubla la razón y lleva en numerosas ocasiones a
confundir lo que se ve con lo que en realidad se quiere ver. Cosas de las
drogas.
Por
ejemplo, según el último barómetro del CIS, más de un tercio de españoles y
españolas no reconoce todavía en el partido gobernante el monstruo de la
corrupción y continúa depositando en él su confianza. Así mismo, el Partido
Socialista califica la subida de poco más de un punto en el ranking electoral
como una remontada clara. Con todo, peor es aún el caso de los franceses, que
castigan al Presidente Hollande dándole la Presidencia al principal responsable
de las medidas económicas y laborales que hunden a aquel en el pozo de la
impopularidad más absoluta. Cosas del tabaco, sin duda, ya se trate de
fumadores activos o pasivos.
A
juzgar por los comportamientos políticos, este país y el mundo entero siguen
siendo un espacio abonado para el vicio de fumar y para el consiguiente riesgo
severo de ceguera, muy a pesar de lo que señalen las estadísticas oficiales. Lo
que no está nada claro, sin embargo, es la sustancia aspirada: pitillos, brotes
verdes, demagogias, té británico, muros mejicanos, griales leoneses, glifosato,
opiáceos diversos, reggaetón, ballenas azules y todo un sinfín de genéricos
acerca de los cuales no se pronuncian las autoridades sanitarias. Cosas del
consumo, de la manipulación y de las falsas verdades que tanto bien hacen a la
humanidad.
Eso
sí, nada hay peor que un fumador clásico debidamente estigmatizado, con sus
ojos turbios, su ceniza a cuestas, su aroma ahumado y las diez plagas bíblicas
sobre su existencia.
Publicado en La Nueva Crónica, 14 mayo 2017
Muy lúcido tu árticulo.
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