Contra
la opinión del oráculo gubernamental (Rajoy dixit: “la crisis es historia del
pasado”), son abundantes las cifras y las realidades cotidianas que más bien
confirman lo contrario. La crisis vino y no se irá, seguirá con nosotros largo
tiempo. Estima, por ejemplo, el gabinete de estudios del BBVA que al acabar la
crisis (ellos apuntan hacia 2020) habrá en España un desempleo estructural del
18%: cuatro millones de personas activas sin trabajo; a las que habrá que
sumar, naturalmente, todas aquellas que hayan emigrado y que no regresarán ni a
corto ni a medio plazo. Aun así, el gran banco se atreve a utilizar la misma
terminología del Gobierno, aunque diferida en el tiempo, lo cual no deja de ser
un atrevimiento ante el dibujo que trazan.
Porque
no se trata ya sólo del paro estructural enorme. Es que el futuro pasa también
por el subempleo: piénsese que el 31 de octubre de 2014 tan sólo un 37% de
trabajadores cotizantes a la Seguridad Social tenía en España un contrato de
trabajo indefinido y a tiempo completo. ¿Cuántos serán en 2020? ¿Y en 2030?
¿Cómo repercutirán esas magnitudes sobre la Seguridad Social y su expresión
directa, el sistema de pensiones?
Lo
que intenta el Presidente del Gobierno es contagiar un optimismo ideal, lo
mismo que le llevó a su predecesor a negar la realidad que le aplastaba. Los
dos han elegido la irrealidad para construir país, lo cual es una auténtica
temeridad. Tanto que algunos ciertamente se dejan llevar por la ola expansiva
como si tal cosa. Veamos: en el primer semestre de 2014 los hogares españoles
sufrieron una caída de su renta disponible cercana al 2% y sin embargo el
consumo aumentó el 3%. ¿Cómo es posible que con menos ingresos se gaste más?
Evidentemente, a costa del ahorro, que se desplomó más del 35% en ese periodo.
Esto, como se
puede deducir, no es una recuperación ni el final de una crisis ni un cambio de
ciclo positivo ni siquiera una milonga complaciente. Sencillamente, es el
resultado de haberse fumado los brotes verdes.
Publicado en La Nueva Crónica, 16 diciembre 2014
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