Blog de Ignacio Fernández

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domingo, 28 de marzo de 2021

Enfermos


            La mayor contribución a la enfermedad es estar enfermos. Obviedades de este tipo proliferan en los informativos, donde hay una sobreabundancia de noticias sobre el mundo de la salud que se ha acentuado, naturalmente, a causa de la enfermedad por antonomasia del último largo año. Era una tendencia que venía de lejos. Al menos desde que el neocapitalismo convirtió lo sano en modo de ser, no tanto porque se persiguiera nuestro bienestar como por incrementar un mercado que no ha dejado de crecer en décadas: ser consumidores de salud. De hecho, se produce la paradoja de que cuanto menos nos cuida el llamado sistema más arroja sobre nosotros la obsesión de cuidarnos. O, de otro modo, cuanto más se privatizan los sistemas nacionales de salud y se les hace inalcanzables, más convierten en responsabilidad de cada cual la condición de saludables. Nos quieren productivos, sí, pero a coste cero o a coste directo del bolsillo de los individuos. Lo cual que, volviendo sobre el principio, si el virus nos atropella, nos maltrata y nos mata es porque algo habremos hecho al haber cronificado previamente nuestros males.

 

            Lo último para seguir enfermos es contratar un seguro privado de salud. Hacia ello nos dirigen la desesperación de las listas de espera y otras campañas publicitarias, que nos llevan a pensar que no seremos tratados como plebe sino como infantas del reino. Craso error. A esos seguros les convenimos achacosos y dependientes del otro lado oscuro y recaudador de la medicina: la industria farmacéutica. Sobre todo achacosos y enfermizos sin más, porque si nos ataca un mal con enjundia nos derivarán hacia lo público y a otra cosa mariposa, que pase el siguiente. De tal manera que, si nos atreviésemos, no habría revolución más noble que la del enfermo imaginario. No tanto al estilo de Molière como al de la insumisión por reducción al absurdo. Una enfermedad de pronóstico reservado e imposible tratamiento, como se observa en el maremágnum de las vacunas y sus intereses creados.

 

Publicado en La Nueva Crónica, 28 marzo 2021

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