Blog de Ignacio Fernández

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domingo, 18 de julio de 2021

Vacaciones


            Frente a la movilidad compulsiva y la quietud de la peste, he decidido comprarme una camiseta, unas chanclas y una visera e irme de vacaciones por el pasillo de casa.

 

            Nadie se sorprenda, pues, si el primer destino son las playas, cualquier playa, de las Islas Marquesas, cualquiera de ellas, así bautizadas curiosamente por el berciano Álvaro de Mendaña a finales del siglo XVI y que hoy forman parte de la Polinesia francesa. Por allí deambulan todavía los fantasmas de Paul Gauguin, de Jacques Brel, de Herman Melville, de Robert Louis Stevenson y de Jack London. No hay quien dé más. Quizá sea bueno entonces acomodarse en Atuona, la antigua capital, para, entre baño y baño, encontrarse allí con las tumbas de Gauguin y de Brel en el Cementerio del Calvario: “Quiero que se ría, que se cante / mientras voy de las lágrimas al silencio”, entonaba el segundo de ellos.

 

            Hay otro enterramiento y otro islote más cercano adonde dirigirse pasillo arriba pasillo abajo. Me refiero a Grand-Bé, un lugar al que sólo puede llegarse a pie desde Saint-Malo cuando la marea está baja. El que allí descansa, en una tumba de cara al mar, es François-René de Chateaubriand, quien también nos llevó un día por la calle de la amargura: “¡Por tus besos vendería el porvenir!”, se atrevió a escribir. Y a continuación, ya puestos, atravesar en barco la desembocadura de La Rance y alcanzar Dinard, siguiendo la ruta que Éric Rohmer dibujó para el protagonista de su “Cuento de verano”.

 

            De regreso a casa, a través del pasillo, cabe una última opción: detenerse en la isla de Hidra, en el Golfo Sarónico, al sur de Atenas. No hay tumba que visitar, a pesar de la memoria monstruosa del nombre, pero sí ocasión para rememorar el amor allí vivido entre Leonard Cohen y Marianne Ihlen. No quedan ya artistas ni pescadores ni el paisaje es el de aquellos años sesenta, pero resuena todavía la melodía que ellos dos compartieron: “Me olvido de rezar por los ángeles / y luego los ángeles se olvidan de rezar por nosotros”.

 

Publicado en La Nueva Crónica, 18 julio 2021


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