Blog de Ignacio Fernández

Blog de Ignacio Fernández

domingo, 12 de noviembre de 2023

Acerico

            Fui al centro de salud para vacunarme. Me coloqué en una cola donde todo el mundo estaba enfadado. Las enfermeras no tenían claro qué vacunas inyectarme: es una edad fronteriza la suya, dijeron. Finalmente, optaron por la gripe y por el covid y dejaron para el año nuevo el neumococo y el herpes zóster. En mi vida vi tanta vacuna junta. Ni tantos pinchazos en mis brazos, reales o en potencia. Si a los dos de esta semana le sumamos por anticipado los otros dos que vendrán, más los análisis de sangre regulares y las sangrías por exceso de hierro, convendremos que mis brazos son algo así como un acerico.

 

            Salí del centro de salud pensando en el acerico. Esa palabra y su significado me nacieron de forma espontánea, hacía años que no habitaban en mí. Desde que mi madre decidiera evaporarse y despareciese del paisaje doméstico su caja de coser, sus hilos, sus agujas, su tijera, sus dedales, su acerico… Tan práctico como extraño era el acerico, esa pequeña almohadilla donde se clavaban alfileres y agujas en estado de reposo. Así mis brazos, pensé yo, al salir del centro de salud. Así también aquella cola de aspirantes a la vacuna, cuyas palabras eran agujas afiladas contra el sistema que, curiosamente, les atendía. Así igualmente todo el envoltorio externo con sus noticias de guerra, con sus puyas y malas gracias políticas, con sus excusas de obispos, con sus gritos obscenos en los desfiles, en los parlamentos y en las manifestaciones de ira. Y así, por supuesto, las conversaciones de bar y las tertulias todas, donde nada escapa de los alfilerazos. La vida como un burdo neceser de costura.

 

            De entre los objetos escondidos en aquellos costureros, los más sugerentes entonces para mí eran el acerico, claro, y la bola de madera que ayudaba a zurcir los calcetines. Deberían también actualizarse, francamente, si tenemos en cuenta el número de rotos y descosidos que se nos abren en las carnes. Un curso acelerado de costura sería en tal sentido la mejor vacuna para todos nosotros.

 

Publicado en La Nueva Crónica, 12 noviembre 2023

No hay comentarios:

Publicar un comentario