Blog de Ignacio Fernández

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domingo, 22 de marzo de 2020

Pasajeros


            Cuentan las crónicas que acaban de cumplirse 40 años del estallido de la “Movida”. Es así, dicen, si se toma como partida de nacimiento el concierto de homenaje a Canito, batería de Tos, que tuvo lugar el 9 de febrero de 1980 en la Escuela de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid. De aquel movimiento poderoso llegan a veces ecos que nos rejuvenecen, pero también la memoria de algunas letras que en cierto modo se adelantaron al futuro, a este preciso futuro.

            “Tengo un pasajero / dentro de mi cuerpo”, repetía el estribillo de una canción gloriosa de Parálisis Permanente, a la que prolongaba otro texto visionario de Alaska y los Pegamoides: “Dicen que tendré que resistir, / pero yo quiero salir de aquí. / Dicen que quizás me salvaré, / me curaré por fin”. Y sentenciaban Los Cardiacos de un modo más que apocalíptico: “En el hospital, noche y día, / me rebelo, no lo entiendo / y grito. ¡No tengo nada, nada, / nada, nada, nada, nada! / Esto no puede ser verdad”.

            En fin, fue aquella una corriente tan creativa como jovial, lo cual no obsta, claro, para que tuvieran también ciertos arrebatos siniestros, que a la luz de la actualidad nos parecen casi lóbregos. Sucede igual con todo el cancionero y en todo momento: hay ahora mismo un aluvión de matracas (se les debería llamar así sin más porque no llegan a la altura artística, si se exceptúa la delicia de Jorge Dréxler: “Ya volverán los abrazos, los besos dados con calma, / si te encuentras un amigo / salúdalo con el alma”) que juegan con la enfermedad más terrible que hemos conocido, del mismo modo que se acude a músicas de todo tipo para exorcizarla desde balcones y ventanas.

            Tal vez sea, aseguran quienes saben de ello, porque el lenguaje musical es el primero que compartimos los seres humanos antes de extraviarnos en el laberinto babélico de las lenguas. Nos sucede entonces como a Eduardo Benavente: “Siento algo dentro de mi cuerpo (…) Siento algo que se mueve dentro (…) Tengo un pasajero dentro de mi cuerpo”.

Publicado en La Nueva Crónica, 22 marzo 2020

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