Blog de Ignacio Fernández

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domingo, 18 de octubre de 2020

Resiliencia

 

Más acá de la retórica y trascendencia con las que suelen titularse todos los planes gubernamentales, el último que el Gobierno de España nos ha presentado culmina con un término nada común: resiliencia. Hasta el corrector de Word lo desconoce. Posiblemente tampoco lo conozcan muchas de las personas gobernadas a quienes se dirige, lo cual es ya un serio inconveniente. “Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española” se llama.

 

Resiliencia no es una palabra patrimonial, aunque su origen primero resida en el latín: era el participio presente del verso resilire, que significaba “saltar hacia atrás, rebotar”. Con esta información ya vamos entendiendo algo si lo ponemos en relación con los otros términos del Plan: un plan para rebotar, parece ser. Al castellano la palabra le llega desde el inglés norteamericano, en particular desde el campo de la psicología, donde se utiliza para referirse a la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o situación adversa, tal y como lo define la Academia. Es decir, un plan para rebotar y para adaptarse, que no es exactamente lo mismo. Aunque también en ingeniería se echa mano del mismo vocablo, y lo recoge el diccionario, para hablar de la capacidad de un material para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido. En suma, un plan de rebote, adaptación y recuperación, término este último que supone una redundancia si se atiende al conjunto del título.

 

En resumen, siempre ha tendido el lenguaje político a cargarse con grandilocuencias en el mejor de los casos. En el peor lo hace con hipérboles y falsedades, como bien sufrimos en los tiempos presentes. Lo primero es venial, pura apariencia de superioridad frente al común. Lo segundo no tiene excusas, destroza la moral pública y es más bien una calamidad para la que en verdad muy necesaria habrá de sernos algún tipo de resiliencia, tanto da que sea en versión psicológica que en versión ingeniera.

 

Publicado en La Nueva Crónica, 18 octubre 2020

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