Blog de Ignacio Fernández

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domingo, 7 de diciembre de 2025

Tuna

            Hace unos días, como parte de la orgía del Black Friday, el gobierno autonómico declaró la tuna Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial. Al parecer, por su valor histórico y social. Continúa así en la línea de lo que en febrero de 2024 perpetró con la llamada Pirámide de los Italianos, un monumento fascista sin ningún valor artístico ni arquitectónico, un insulto a la historia y a la memoria. De seguir por ese camino, no tengo dudas de que antes de que concluya la legislatura el siguiente eslabón en el oprobio cultural será el Toro Jubilo de Medinaceli.

 

            Contrastan estas frivolidades y vértigos en los trámites administrativos para otorgar etiquetas a lo que sea que pase por la cabeza del Consejero con lo padecido por la ciudad de Ponferrada, que consiguió el reconocimiento también el pasado mes de noviembre, cincuenta años después de que se instara una primera solicitud al efecto. Pirámides y bandurrias son preeminentes, no cabe duda, a pesar del patrimonio histórico y artístico que se reúne en la ciudad de El Bierzo.

 

            En el caso de la tuna, se destacaba, entre otras veleidades, su “dimensión artística” y que “promueve el compañerismo, la amistad y la inclusión”. También el turismo, podríamos decir, el de la tuna y el de los entornos por donde pasa, aspecto nada despreciable en una Consejería que, junto a la Cultura, se ocupa así mismo de ese Turismo. Una mezcla política y una manera de entender lo que quiera que sea cultura. Quizá por esa razón, por esa dichosa mixtura, se eligió la semana de las gangas para hacer oficial el blasón a la rondalla, una especie de oferta de última hora en el escaparate comercial prenavideño.

 

            Tal vez la tuna tuvo algún sentido en sus orígenes y hasta el siglo XVIII, cuando se apagó, pero hoy es sólo una reliquia del romanticismo decimonónico y de la memez que nos entró con el landismo, esos tiempos antiguos, como otros, en los que nos hemos instalado. Contra ellos precisamente se eleva la cultura, ese aire que todavía respiramos.

 

Publicado en La Nueva Crónica, 7 diciembre 2025