Un
tiempo hubo, no hace tanto, en que nos alertaron para no morir de éxito.
Algunos no soportaron la tentación y cayeron por pura soberbia o por simple
codicia, y gracias a que la justicia es lenta o torcida no hay más nombres
todavía en las sentencias sobre tan exagerada epidemia.
Ahora
lo que se lleva es morir de fracaso, una condena no como cualquier otra. Pero
no son banqueros ni especuladores desesperados los que se arrojan por las
ventanas ni senadores los que se cortan las venas en un acto teatral de
redención. Es gente corriente la que se quita la vida, lo cual nos advierte
sobre el componente moral de esta dichosa y eterna crisis. Un 11% cuentan las
estadísticas que han aumentado los suicidios en el último año, y aunque los
actores no revelen las causas no es exagerado especular con un motivo social.
Todos los índices se disparan en esta barahúnda: un 30% crecieron los infartos
en Grecia durante los dos últimos años, otro ejemplo de esa pobreza que carcome
nuestra salud hasta consecuencias letales. Y eso que según los médicos los
recortes no han llegado aún a los pacientes.
Pero
las muertes de fracaso no son muertes individuales. Todos morimos un poco en
esos arrebatos contra la vida o en esa dejación institucional. Lo mismo que
somos nosotros quienes caemos en los bombardeos de Siria o en las hambres de
África. Es decir, en todas y cada una de las muertes terribles que se suceden
en lo cotidiano sin ninguna razón de ser. Claro que hay responsabilidades
identificables en los gobiernos, pero no somos ajenos a ese destino quienes
ponemos a esos gobiernos. Claro que el fracaso es personal en algunos casos,
pero el común denominador en estos tiempos no es otro que el sálvese quien
pueda.
Un
sano ejercicio ético sería que los periódicos colocasen en sus portadas a todos
esos muertos de fracaso, los de aquí y los de allá. Con el conjunto acabaríamos
diseñando la orla de héroes modernos, para su honra y para el escarnio de los
desalmados que nos han traído hasta aquí.
Publicado en La Nueva Crónica, 11 febrero 2014
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