Hubo
un tiempo, no hace tanto, en que la relación entre precios y salarios era más
que evidente, hasta el punto de que los primeros servían de referencia para los
segundos. En el desbarajuste actual parece que ya no es así, al menos en lo que
se refiere a aquellas viejas (¿recuerdan?) cláusulas de revisión salarial o
similar; y mucho menos todavía para la legión creciente de trabajadores y
trabajadoras informales. Pero el caso es que el sistema siempre necesita de vínculos
entre sus partes, aunque hayan de ajustarse, y en el caso que nos ocupa
resultan más que necesarios.
Hoy
la situación de salarios y precios es, no casualmente y a la par, lamentable si
hablamos en términos generales. Los primeros en constante devaluación; los
segundos al borde de la deflación. Aparte de ser una consecuencia más de las
fracasadas políticas anticrisis, se trata de un estado vegetativo muy
desfavorable para cualquier recuperación. Más todavía si atendemos a la quiebra
de otros factores que al parecer nos venían dando aliento: la detención del
crecimiento en Europa, la caída de las exportaciones, etc. Sorprende por eso
escuchar al Secretario de Estado de Comercio valorando positivamente el déficit
comercial del mes de junio porque, según él, la demanda externa va siendo
sustituida por el consumo interno. ¿Qué consumo? ¿Con qué salarios? ¿A qué
precios? Como sorprende escuchar al Presidente de Gobierno presumir de
crecimiento frente a terceros que, evidentemente, han dejado de comprarnos. Incluso
dejarán de visitarnos, que es la otra gran fuente de nuestro pobre alimento.
Lo
que importa y urge es recuperar equilibrios. Para ello sería bueno el impulso
de los salarios corrientes, para que a su vez animen, sí, el consumo real y
cierta normalidad en los precios. Para empezar, la mayor contribución debería
hacerse desde el incremento del salario mínimo (y a ser posible decente) y la
bajada del precio de los alimentos y la energía del hogar, reduciendo el IVA de
los productos de primera necesidad.
Publicado en La Nueva Crónica, 26 agosto 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario