El
verano es propicio también para las resurrecciones de todo tipo. Los festivales
de música, cuestionados o no, y otras giras de temporada devuelven al primer
plano de la actualidad a figuras que a veces creíamos para siempre en un olimpo
sin retorno. Lo de los Rolling es el paradigma último y casi de toda la vida,
podríamos decir. Pero hay más, bastantes más, este verano, cualquier verano.
Por
ejemplo, nos hemos fijado en Ray Davies, que se ha paseado el mes pasado por la
geografía española, desde Cartagena a San Sebastián, parece que con cierto
éxito. Eso sí, como en muchos otros casos similares, nunca se sabe bien si su
buena ventura se debe al vigor presente o al poderoso eco de lo que acumula
este padrino del rock británico. Porque, no lo olvidemos, los méritos de Davies
son en realidad los méritos de su grupo, los Kinks, cuya trayectoria arranca en
1964 y culmina la que podría ser su época dorada más bien a principio de la
década de los 70. No clausuraron ahí su producción, es verdad, pero tengo
serias dudas de que lo posterior a aquella era primera les hubiese colocado en
el mismo lugar de la historia.
En
suma, que Davies está vivo, o resucitado, e incluso amenaza con una vuelta de
la banda a los escenarios, según declaró en la rueda de prensa previa a la 49
edición de Jazzaldia. Está bien, sus canciones seguramente tienen todavía
evolución, bien a través de ellos mismos, bien a través de otros, como se ha
demostrado con los años. Sobre todo porque eran buenas canciones y eso es lo
que a nosotros nos importa, más allá o más acá del culto a las glorias.
Lola fue y es una de las más bonitas
sin duda. Apareció en single en 1970, extraída del álbum «Lola versus Powerman
and the Moneygoround, Part One». Desde luego, a su éxito comercial contribuyó
tanto la anécdota que la inspiraba –un turbio romance pasajero- como la
controvertida referencia a un refresco, que generó regrabaciones de última
hora. Pero, aún así, no podemos dudar de los méritos naturales de la canción y
de su melodía más que pegajosa. Así lo han entendido al menos grupos que
después la han recreado en muy dignas versiones: Madness, Bad Manners y Robbie
Williams. Aunque la opción que nosotros hemos elegido es la de otro grupo de
vida mucho más efímera y menor fama, la de Sade.
Fue
en 1984 cuando estos tardíos punks valencianos, o algo así, hicieron su
aportación más que excelente a la colección de versiones de los Kinks firmadas
por numerosos grupos españoles: M-Clan, Los Mustang, Siniestro Total, Los
Salvajes y sobre todo (extraordinaria variante del You really got me) Los Cardiacos. Lo de Sade fue
tan fugaz que apenas nos queda en la memoria esta grabación hecha para D.R.O.
en sus mejores momentos, un maxisingle donde sonaban también Sal
de frutas y Alí
Mustafá. De todos
modos, su interpretación y adaptación al español de Lola es de las que dejan huella.
THE
KINKS: http://www.youtube.com/watch?v=Ixqbc7X2NQY
Publicado en genetikarockradio.com, 5 agosto 2014
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