Después
de los capítulos consagrados a Lennon y Cohen, la trinidad santísima se
completa con Dylan, dios de dioses y protagonista omnipresente de esta sección
y de todos los cenáculos musicales y literarios. Su obra ha sido revisitada sin
fin y sus versiones se multiplican a tutiplén. Y también él, como es natural,
ha merecido una obra tributaria de la suya.
Se
trata del cuádruple disco (¡sí, cuádruple disco!) titulado «Chimes of freedom.
The songs of Bob Dylan» y tuvo como entidad mentora a Amnistía Internacional
con motivo de su 50 aniversario. Es decir, que apareció en 2011, aunque se puso
a la veta en enero de 2012. Por otro lado, el título deriva de una canción
original del propio Dylan, Campanadas de libertad, publicada originalmente en 1964
dentro del disco «Another side of Bob Dylan», muy adecuada, como se puede
comprender, al motivo que animó este proyecto. Tan magno que supuso la
recreación nueva de 75 canciones del músico de Minnesota bajo el punto de vista
de 80 intérpretes diferentes. Como señalaron sus productores: “Este álbum es una poderosa muestra del respeto que siente
la comunidad musical por el imprescindible trabajo de Amnistía Internacional y
por la genialidad de Bob Dylan”. De ello dan fe la variedad de músicos –Johnny
Cash, Pete Townshend, Diana Krall, Miley Cyrus, Jackson Browne, Carly Simon…- y
géneros musicales –rock, rap, pop, folk, country, jazz y blues– que se sumaron
a la idea.
Difícil, muy difícil se nos hace para este
comentario seleccionar de entre todo ese material una sola canción que venga a
ilustrar el buen gusto de las versiones. Todas merecerían figurar en esta
entrada, de modo que no hay nada que justifique nuestra selección. Nos quedamos
con Drifter’s escape sin más.
Dylan
la grabó en 1967 y la incluyó en el álbum «John Wesley Harding», en el que ya
el rock y el blues predominaron como estilo frente a sus rasgos fundacionales.
La canción no tiene nada especial. De hecho Dylan prescindió de ella en directo
durante muchísimos años. No obstante, como todo lo que sale de su horno ha sido
objeto de comentarios variados, que si kafkiana, que si psicodélica, que si
metáfora de su propia evolución. En fin, profesionales hay que viven de estas y
otras elucubraciones. Lo cierto es que, siendo un tema menor en el conjunto de
su obra mayúscula, su recuperación activa es una muestra de la vitalidad de
todos y cada uno de los recovecos del artista.
Por
eso no nos sorprende el vigor de la versión que Patti Smith ofrece en el
macro-disco de referencia. Tampoco ella tiene nada que demostrar a estas
alturas, pero no deja de ser original, como en cualquiera de los quehaceres que
se propone esta mujer polifacética, imagen viva de un punk sabiamente superado
y escritora de alta escuela. Aparte de otras que puedan ocurrírsenos, es
precisamente en estas dos cualidades donde se aposenta el lazo que une a ambos
músicos, en sus carreras tan complejas como completas y en su afecto por unos
textos siempre desafiantes.
En
fin, si no lo hicimos en su momento, a tiempo estamos de reencontrarnos con
«Chimes of freedom. The songs of Bob Dylan» y todos los manjares que en él se
contienen.
BOB
DYLAN: https://www.youtube.com/watch?v=Fsk-aHVOmlU
PATTI SMITH.: https://www.youtube.com/watch?v=vqUlHBjc_M8
Publicado en genetikarockradio.com, 11 abril 2015
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