Frivolizar
con el éxito o anticiparlo de forma temeraria suele producir unos efectos
colaterales más que negativos. Sobre todo cuando los destinatarios de esa
frivolidad, de esa temeridad, son personas que han sufrido por encima de sus
posibilidades durante los últimos años y sólo desean que su destino cambie
cuanto antes. Por ese motivo, el espejismo electoral levantado a lo largo del
pasado año y la exhortación al consumo como panacea para todos nuestros males
han creado una vana sensación de final de la agonía que ahora tiende a
desvanecerse.
Es
el Banco de España el que se ha encargado de contarnos que las familias
españolas acumulaban 72.940 millones de euros en metálico a finales del
pasado septiembre, la menor cantidad de efectivo desde junio de 2005. Esto es
así, según el organismo regulador, como consecuencia de combinar la presumida
recuperación económica, apoyada casi en exclusiva en el auge del consumo, con
la languidez en la mejora de la renta de los hogares. Es decir, que las
familias cada vez gastan más, pese a que su renta crece muy levemente, y el
resultado no es otro que la reducción del ahorro y una menor disposición de
dinero en metálico.
Sucede así cuando en un
sistema se fuerza alguna de las piezas que no acaba de encajar en su sitio: de
inmediato repercute sobre todas las demás y el conjunto se tambalea. Queríamos
a toda costa un año 2015 con resultados pregonables así en las campañas como en
las sedes internacionales que nos dirigen y fue fácil conseguir que todos, con
una ingenuidad más que justificada, entrásemos al trapo. Pero la resaca la
viviremos, como poco, durante el año que ahora empieza con un retorno
inevitable a la casilla de salida.
Ahora, cuentan, nos
mantienen a flote los precios bajos del petróleo, mas lo que no puede
soportarse es que este país dependa siempre de variables ajenas que no controla
o de ficciones propias que gusta crear. O del sol, que al menos, cambio
climático mediante, nos continúa naciendo todas las mañanas.
Publicado en La Nueva Crónica, 26 enero 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario