Blog de Ignacio Fernández

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domingo, 7 de abril de 2019

Abril

     La primavera luce en abril todo su ajuar de poesía y de banderas. Quizá porque abril es un mes de sensaciones húmedas,  o al menos lo era cuando el refrán se cumplía y las borrascas atlánticas nos regaban con generosidad. Ahora el agua no llega apenas, pero los colores y los versos persisten e incluso ganan en intensidad, alimentados los unos por ideas también líquidas en muchos casos, nutridos los otros por los afanes del yo. En realidad, es una pasarela lírica y cromática con un destino épico en el rojo de mayo, cuando todo revienta.

     Fue Machado quien más se empeñó en dedicarle letras a abril, él que descansa eternamente envuelto en una bandera tricolor, aunque sean numerosas las firmas que en ese lado del calendario aparcan: de Claudio Rodríguez a Ernesto Cardenal o de Rosalía de Castro a Blas de Otero, que firmó en “Bilbao, a once / de abril, cincuenta y uno” su glorioso poema A la inmensa mayoría. Y abril eligieron al cabo, para su final, tanto Shakespeare como Cervantes, que es algo así como coronar un mes ya pletórico de episodios emblemáticos con o sin estandarte.

      Así que hubo y habrá banderas nacionales y republicanas, rojiverdes, comuneras y carmesíes, cuatribarradas e ikurriñas, casi todo en abril tiene aposento y efeméride. Quizá por eso mismo otro cultivador de versos y de canciones, Miguel Escanciano, entonó hace años su sentencia pictórica: “banderas de abril llenan de colores el cielo”. Y a su voz le siguieron después  la de Carlos Cano, “abril para vivir, / abril para cantar”, y la de Joaquín Sabina, “quién me ha robado el mes de abril”, o incluso aquel “20 de abril del 90” que casi todos hemos cantado alguna vez junto a Celtas Cortos.

      Así es este mes de claveles por el que conviene transitar con el corazón alerta por si las emociones lo turbaran en exceso: “Fue una clara tarde de melancolía. / Abril sonreía. Yo abrí las ventanas / de mi casa al viento. El viento traía / perfumes de rosas, doblar de campanas”. Sea así, con Antonio Machado al fondo.

Publicado en La Nueva Crónica, 7 abril 2019

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