LA AUTORA
"Así
como hay personas que a lo largo de la vida, tan ignorantes de su fortuna como
inocentes por su destino, resultan ser portadoras sin conocerlo de enfermedades
que tal vez nunca lleguen a manifestarse. Así como hay dolores del alma que nos
rondan sin cesar, aunque no se atrevan nunca a encarnarse del todo ni por sí
solos ni por comunión con los cuerpos sometidos a semejante tensión. Así como
existe también la posibilidad, en un acto de libertad, de dejarse invadir por
agentes extraños venidos no se sabe de dónde o brotar misterios interiores
eternamente aletargados. Así, como un buen mal, quiso la poesía habitar en
Beatriz García y tomar forma humana" (Tomado del prólogo).
EL LIBRO
Un tránsito entre "los días de la desposesión" hasta desembocar en una sentencia entre lo cabal y lo conformista: "quedémonos en lo que fue, sigue siendo y será". Un tránsito con mucha lluvia y una música persistente. Tanto que nos recuerda a Vicente Aleixandre, el poeta del amor, del ritmo y de la música. Formas y estilo responden a esas mismas materias.
EL TEXTO
"He aquí...
Corazones hundidos,
en tierras arrasadas de soledad,
aliento de inalcanzables latidos.
Donde las piedras
seducen a la vida,
y triunfan sobre el enigma del tiempo.
Lugar de permanencia.
Destino de la desposesión.
Vínculo eterno".
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