Blog de Ignacio Fernández

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domingo, 16 de octubre de 2022

Ricos

            Leo, y no me sorprendo, el siguiente titular en un medio de comunicación digital: “León es la novena capital de provincia del país con mayor número de ricos”. Otros medios, también éste, se hacen eco de la misma información, aunque con menor énfasis y con redacción más discreta: “León entre las provincias con renta neta media por habitante muy alta”. Finalmente, otros diarios, con o sin intención deliberada, ni reparan en ello. Los datos que habitan detrás de esos títulos proceden del Atlas de Distribución de Renta de los Hogares, elaborado por el INE; es decir, no son simples banalidades ni opiniones gratuitas en una tertulia.

 

            Conviene, a mi modo de ver, enfrentar este paisaje con el dibujado por todos los medios, esta vez sí, y portavoces acerca del negrísimo panorama de la provincia, evidenciado por el fracaso, dicen, de la llamada Mesa por León. En ese plato todo el mundo moja y remoja hasta desatar un fuego cruzado donde nadie se salva. O sí: se salvan precisamente esos ricos de los que nadie habla o de los que nada se espera. Todos son culpables de nuestra desdicha, todos: partidos, gobiernos, sindicatos, empresarios… Todos menos los ricos, quienes, según el INE, colocan a León incluso por delante de Valladolid en el ranking nacional.

 

            ¿Es, pues, un conflicto solo territorial el nuestro o es un conflicto de clase? Y si es de clase, como así parece también, ¿cuál es el papel que corresponde a las organizaciones de clase obrera? Porque el de las clases enriquecidas está muy claro: ausentarse. Para ellas ni hay problema territorial ni de otro tipo, salvo el fiscal. Aunque, ya puestos, también les encanta lucir banderas y pendones. Por la cosa tradicional, se supone, que es tan de su gusto. ¿Por qué se dice ahora que no hablemos de ricos y de pobres? Muy sencillo: porque aquí y en España toda se pretende obviar una vez más la dolorosa disputa entre capital y trabajo. Son ellos, los ricos, quienes sí tienen la conciencia de clase más que viva. Y en León ni te cuento.

 

Publicado en La Nueva Crónica, 16 octubre 2022

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