Blog de Ignacio Fernández

Blog de Ignacio Fernández

domingo, 4 de febrero de 2024

Farmacias

            A determinada edad, las farmacias son como los bares. Cuando se es cliente asiduo de un bar, si la atención es adecuada y constante (ya sabemos que es un mundo con gran rotación laboral y no mucha finura), cuando entras al establecimiento y te acercas a la barra, no sólo conocen tu nombre, tu ocupación y tus aficiones, sino que saben perfectamente qué servirte en cada momento del día sin que tú digas ni pío: un cortado a media mañana, un café solo en la sobremesa y una copa a media tarde. Lo mismo sucede en las farmacias, en tu farmacia habitual, la del barrio, cuando los años y los males cronificados se imponen. Conocen con todo detalle el repertorio de tus medicinas y a qué responde cada uno de los tratamientos, de tal manera que las primeras palabras de las farmacéuticas (casi siempre son farmacéuticas) se interesan por la evolución de esa enfermedad concreta desde la última visita, desde la última emisión de la receta electrónica. A continuación, ya se puede hablar del tiempo o de la amnistía si no hay mucho público en el establecimiento y la conversación se anima.

 

            Desde la farmacia, se va uno directamente para casa con su carrito de medicamentos y los coloca en un espacio determinado, generalmente de la cocina, en un rincón de la encimera para que no estorben y queden bien a mano, y allí permanecen a medida que son consumidos hasta que los sustituyen nuevos envases. Forman parte ya de la decoración y del menaje de esa cocina como un elemento insustituible. Hay quien prefiere guardarlos en un cajoncito. Mis padres llenaban un cajón entre los dos y todavía bailaban pastillas sobre la mesa, junto al televisor y en la mesilla de noche. Casi al mismo tiempo, las farmacéuticas pasaban a formar parte de la familia y todos hablábamos sobre lo bien que nos trataban cada vez que había que viajar a la farmacia en cuestión. Así me sucede a mí en la actualidad y, seguramente, a quienes lean esta nota. O les ocurrirá. No hay escapatoria ni de los bares ni de las farmacias.

 

Publicado en La Nueva Crónica, 4 febrero 2024

No hay comentarios:

Publicar un comentario