Parece estar de moda eso del turismo de naturaleza. Sí, también ese tipo de turismo. Y entre las prácticas que se frecuentan en tal sentido figura la de asistir a la berrea de los ciervos, fisgar en su periodo de celo, escuchar sus bramidos y observar sus luchas rituales como demostración de poder. Cosas de machos en pleno esplendor.
Pero, bien pensado, no es necesario llegar hasta esos montes donde reinan los ciervos para sentirse en pleno estallido machista y ultramontano. No, basta con observar a los muchachos del entorno, conocer su pensamiento y confirmar algunas de sus costumbres más básicas. Numerosos informes alertan últimamente sobre todo ello. Por ejemplo, que siete de cada diez chicos de entre 12 y 21 años teman ser acusados injustamente de acoso sexual o violencia de género o que un 30% de ellos minimicen el hecho de amenazar o pegar a su novia en alguna ocasión. También que los varones de entre 18 y 44 años muestren una visión de la Hacienda más negativa que el resto de la sociedad e incluso que el grupo de hasta 24 años sea el más indulgente ante las trampas fiscales; a propósito de los impuestos, vienen a decir que “son algo que el Estado nos obliga a pagar sin saber muy bien a cambio de qué”. Y, así mismo, el incremento del consumo de testosterona o que sean los varones menores de 30 años quienes alimenten el voto de la extrema derecha en los principales países europeos, también por supuesto en España.
En suma, da la impresión de que vivimos en plena berrea. Ojalá que estacional, como la de los cérvidos, porque, de no ser así, tendremos un problema, lo tendrán y lo tienen ya ellos mismos. Seremos atrevidos y pensaremos que, junto a otras endebleces, también sobre esos cimientos de cemento aluminoso se levanta el edificio de la crisis de los veinte, esa crisis de infelicidad que se apodera de los jóvenes, en este caso sin importar el sexo, cuando la suya debiera ser una época de euforias. La duda está en saber si la berrea es síntoma o consecuencia.
Publicado en La Nueva Crónica, 12 octubre 2025
No hay comentarios:
Publicar un comentario