Cuando esta lista de canciones vea la luz habrán
pasado ya casi dos meses desde que Rosendo se asomara a la Sierra de Gredos en
ese festival que lleva por nombre Músicos en la Naturaleza. Tal vez hayas estado allí o tal vez no. Tal
vez hayas podido disfrutar una vez más del directo del de Carabanchel, en esta
ocasión como telonero nada menos que de John Fogerty, el de la Creedence. Tal
vez incluso en el repertorio del que fuera líder de Leño se haya incluido algún
cantable de su último disco, por ejemplo el titulado Cuando… [http://www.youtube.com/watch?v=m50XFzA80Co].
De ser así, le habrás escuchado repetir en su estribillo: “Estoy despierto. /
El viento sopla a favor. / Y ha vuelto a salir de nuevo el sol. / Ha salido el
sol”.
Bien, el caso es que también se nos ha ido agosto y
que, aunque el refrán advirtiera de que se nos venía el frío al rostro, el sol
habrá azotado durante todo el mes con el brío que se le supone. Allá por Gredos
también te dejó su huella, seguramente, a pesar de que sabes que no te sienta
nada bien y que deberías haber echado mano del sombrero. Acabaste con la piel
enrojecida y al cabo de unos días pelándote hasta las orejas. Es lo que hay.
Los efectos de los rayos solares, desde el infrarrojo hasta el ultravioleta,
así como provocan efectos perversos por una sobre-exposición, no han dejado de
llamar nuestra atención desde el principio de los tiempos. De hecho, dioses
solares andan desperdigados por todas las culturas: desde el egipcio Ra al
griego Helios, pasando por el inca Inti, hay toda una extensa representación
mitológica que muestra que el sol ha sido siempre un objeto de adoración a lo
largo de la historia y de las civilizaciones.
Naturalmente, no podía escapar de ese hechizo el
cancionero, que tiene en los astros en general incontables referencias. Aunque existen antecedentes en otros
capítulos de la musicología –O sole mio [http://www.youtube.com/watch?v=d_mLFHLSULw]
salta en la memoria de un modo casi automático-, pongamos que el punto inicial
de nuestro recorrido es una ópera moderna de espíritu y época hippie, titulada Hair, sobre Vietnam, amores, paces, libertades
sexuales y otras drogas; en ella hay una canción clave y hermosa, Let the
sunshine in [http://www.youtube.com/watch?v=fhNrqc6yvTU]:
“Deja que el sol entre, / que el sol entre”, cantan mientras despega el avión
que lleva a las tropas hacia las selvas asiáticas, posiblemente para no
regresar nunca de una guerra inútil como todas las guerras.
Por aquellos mismos años sesenta y primeros setenta
otros grupos insignes miraban también hacia lo alto y colocaban al sol en sus
partituras. Lo hicieron los Beatles, claro, con Here comes the sun [http://www.youtube.com/watch?v=1_uCIR78dg4];
lo hicieron los Cream con Sunshine in your love [http://www.youtube.com/watch?v=HbqQL0J_Vr0];
y en fin, los Doors con Waiting for the sun [http://www.youtube.com/watch?v=A0kypyGSKsE].
Toda una pléyade de genios viendo salir el sol después de “un largo y frío
invierno”, aguardándolo “de pie en la orilla de la libertad” o, sencillamente,
reconociendo en él “el brillo de tu amor”.
Pero aquella oleada ingenua y naturalista pasó de la
misma forma que rota la Tierra en torno al Sol y, aunque pareciera que todo
empieza de nuevo con el siguiente amanecer, lo cierto es que nada vuelve a ser
igual. En efecto, poco tienen que ver con aquéllas las canciones que en los
años siguientes dieron a luz, por ejemplo, Bob Marley con Sun is shining [http://www.youtube.com/watch?v=uHZXvtfFzdE]
y mucho menos Rammstein con Sonne [http://www.youtube.com/watch?v=kIBeYoP9Wi0].
En estos casos “todos esperan a la luz” en un mundo entre tinieblas para
“levantar nuestras cabezas y orar”. Sí, es cierto, Marley, no obstante, le
añade dulzura: “El sol está brillando, el tiempo es hermoso, / hace que quieras
mover tus pies bailando”. Aunque para canción solar babosa ninguna como Walking
on sunshine [http://www.youtube.com/watch?v=iPUmE-tne5U&feature=kp]
de Katrina & The Waves: “Te digo, nene, que quiero que vuelvas, / y quiero
que te quedes. / Oh yeah… ahora estoy caminando al sol”.
Vale, pongámonos serios que el tema lo merece.
Alrededor del sol, lo mismo que hicieron mitologías y culturas, se ha elevado
también una fiebre épico/lírica nada desdeñable. Sin ir más lejos, quien más,
quien menos recuerda de sus años escolares aquel canto Al sol de Espronceda [http://es.wikisource.org/wiki/Al_sol_(Espronceda)],
si bien no son esos los derroteros por los que se pasea hoy Moderato
Cantábile. No, adonde
vamos es a Barbara y a Madredeus. “No me importa intentarlo / y no me importa
creérmelo, / pero estoy cansada / y el sol está negro. / Perdón por decíroslo,
/ pero es que esta noche vuelvo / con el corazón magullado / y es la
desesperación”, cantaba la primera, tal como era ella misma sin necesidad de
ninguna ficción añadida, en Le soleil noir [http://www.youtube.com/watch?v=H4q83aUDfGI].
Por su lado, Teresa Salgueiro, la voz más que espléndida de los portugueses
Madredeus, entona en As cores do sol [http://www.youtube.com/watch?v=crnw9IOc3oc&feature=kp]:
“Son los colores del sol. / Y estoy encantada / y me siento en el fuego /
cuando el día se desvanece / y hay tanto que ver”. Como puede observarse, son
haz y envés de las mismas manchas solares.
Y, para terminar, nada como una auténtica tormenta
solar, de esas que ocasionan los peores trastornos electromagnéticos. Albert
Pla, el inclasificable, dedicó dos canciones, dos verdaderas perturbaciones de
la existencia, a esos caprichos de don Lorenzo. Terrible es sin duda El
sol en verano [http://www.youtube.com/watch?v=Bl9sk7EbxzY&feature=kp],
toda una explosión de crueldad naíf; y
un poco más soportable, en cambio, resulta Insolación [http://www.youtube.com/watch?v=8CTiFP8lx9k],
en compañía de Fermín Muguruza, Manolo Kabezabolo y Robe Iniesta, un cuarteto,
en suma, capaz de fundir todas las luces, hasta las más naturales, como las del
propio sol.
Publicado en Saba 5, septiembre 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario