Porque
los entornos bélicos no concluyen nunca y su léxico se acomoda con facilidad en
nuestros lenguaje cotidiano, conviene tener muy en cuenta un término
relativamente joven: colateral, es decir, el efecto secundario de siempre
tamizado por la información militar. Hablamos, pues, de aquello que se deriva o
es consecuencia de otra cosa principal que se pretende.
La
propaganda, por ejemplo, es dueña y señora de la colateralidad: no sólo difunde
un producto determinado, sino que crea la necesidad del mismo en muchos
consumidores que desconocían previamente ese artículo, y que por tanto no lo
necesitaban, a la vez que genera determinados estados de ansiedad o, mucho peor
aún, ciertas formas de percibir la realidad. Valgan como muestra, para el
primer caso, todo lo relativo al juego y las apuestas y, para el segundo, la
invasión de alarmas y artilugios para asegurar la seguridad. Lo primero ha
disparado las adicciones. Lo segundo fortalece el miedo. Ambos, adicción y
miedo, son, junto a otros, mecanismos propios de esta edad actual para
garantizar ciudadanos pasivos, unos anulados directamente por la enfermedad,
otros alienados por el temor o por la imitación.
Pero
no se trata de limitar las artes y los poderes de la publicidad, que en muchos
sentidos han hecho evolucionar para bien buena parte de nuestras
comunicaciones, sino, como siempre, de alertar a emisores y receptores a la
hora de emitir o recibir mensajes. Esto es, razonar y ser razonables.
Ocurre
así también con los excesos sentimentales vinculados a la raíz territorial,
como vemos y sufrimos hasta el hastío en nuestro entorno y en otros más
alejados. El denominador es común. La demanda justa de lo local frente a lo
global o lo externo no acaba con estos sino que tiende a pudrir aquello. Por lo
tanto, colateralmente, bien haríamos todos en medir nuestras reivindicaciones,
no para amortiguarlas o desterrarlas como los más recalcitrantes quisieran,
sino para ajustarlas al más que complicado discurso de la razón.
Publicado en La Nueva Crónica, 18 noviembre 2018
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