En diversas ocasiones a lo largo
de la vida de nuestro Ateneo hemos tenido la ocasión de dirigirnos a un
auditorio como éste. Recordamos especialmente un día de noviembre de 2008
cuando presentamos en la ciudad de León esta iniciativa, tomando entonces el
MUSAC por escenario. Así mismo, dos años atrás y en este mismo salón,
celebramos la gala de entrega del Premio Diálogo en su segunda edición. Valgan,
pues, estas dos reseñas temporales para resituarnos en este nuevo encuentro,
sin despreciar en absoluto muchas otras citas compartidas con motivos más
concretos y quizá incluso más interesantes, extendidas en el transcurso de
nuestros cinco años de existencia.
Decimos esto porque
las razones que nos animaron a nacer y a crecer siguen vivas y continúan
pareciéndonos necesarias. Sobre todo si atendemos al contexto general en que
actuamos y, naturalmente, a los aspectos más particulares propios de nuestra
acción, teniendo en cuenta nuestro origen y nuestra militancia sindical. Por
eso y a pesar de los vientos adversos, nuestros objetivos se refuerzan en cada
una de nuestras actuaciones y son bien acogidos en general por cuantos nos han
acompañado o nos conviven con fidelidad. De hecho, nada hemos inventado. Nos
hemos limitado a cumplir la máxima enunciada por la UNESCO en 1982 que
recogíamos en nuestros documentos fundacionales:
“… la cultura da al hombre la capacidad de
reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres
específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A
través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella
el individuo se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un
proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca
incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden”.
Fotografía con los premiados y todos los que intervinieron en la gala |
En efecto, entre los delitos de abandono y
desprecio en los que incurren los actuales gobiernos, tan abundantes y diversos
como nuestras miradas advierten con una simple ojeada alrededor, el de la
cultura no debiera parecernos menor si no queremos caer en la misma miopía de
nuestros gobernantes. Lo ocurrido en ese contexto general de las subidas del
IVA con las que hemos sido castigados este año así lo evidencia. El notable
incremento con que se grava a la cultura hasta situarlo en el nivel más alto de
todos los países de la eurozona demuestra que para este Gobierno, por no hablar
de otros más cercanos, la cultura es valorada como una simple mercancía más,
sin otras consideraciones, susceptible además de ser cercenada por esta vía
porque cultura es sobre todo crítica y utopía para quienes la cultivan, bien
como creadores, bien como usuarios, si se permite la expresión.
Pero aun siendo grave este hecho,
no es el único obstáculo al que nos enfrentamos. Cuando en una ciudad como la
nuestra, por poner un ejemplo cercano, se liquida un premio de poesía tan
notable como el González de Lama y se dice de él que está “obsoleto”, no hay
crisis económica por medio. En realidad, a lo que responde esa excusa de lo
anticuado o inoportuno es a una concepción de la cultura expresada como nadie
por un ministro de las legiones de Berlusconi, que riñó a los periodistas que
le hablaban de cultura con el argumento de que la Divina Comedia no servía para comer, pues con
ella no podían hacerse bocadillos. Es el mismo comportamiento que observamos en
el ayuntamiento vallisoletano al impedir la música en directo en esa ciudad. O,
en fin, sin que entremos en cotilleos, idéntico sesgo al de los últimos
tejemanejes protagonizados por la Consejería de Cultura, la Fundación Siglo y
la dirección del MUSAC.
Antonio Gamoneda entrega el premio a Manuel Jular |
De modo que aquí estamos nosotros, dispuestos a
premiar hoy a un tipo tan obsoleto seguramente como Manuel Jular y a un
festival de títeres como Titirimundi, que eso sí que debe ser algo así como la
obsolescencia requeteprogramada. Por cierto, un festival fundado por un leonés
errante como tantos otros, cada vez más, Julio Michel. Pero, bueno, así somos y
así lo demostramos a través, sin ir más lejos, de la nómina de premiados que
les ha precedido a ellos. Carlos Sanz Mínguez, nada menos que un arqueólogo
empeñado en rescatar del olvido la cultura vaccea oculta en el enclave de
Pintia. Catalina Montes Mozo, erudita y filántropa, alma máter de la Fundación Socio-Cultural
Segundo y Santiago Montes. Y Chema Sarmiento, un hombre tan de cine que incluso
se atreve a enseñarlo en el Instituto de Altos Estudios Cinematográficos de
París. Como diría nuestro Presidente: ¡menuda tropa! Eso sin olvidar que
también mereció una mención especial hasta un maestro de escuela, Carlos
Reviejo, lo que ya es atrevimiento.
En fin, volvamos al protocolo y
terminemos por el principio. Gracias por su presencia en este acto. Para el
Ateneo Cultural “Jesús Pereda” y para la Unión Sindical de Comisiones Obreras
de León, que nos hemos encargado de este montaje junto a Carlos Tapia, de
generosidad exquisita, es una satisfacción sentirse respaldados por la
asistencia de todos ustedes. En competencia, además, con la Orquesta Sinfónica
de Castilla y León, que está ahora mismo actuando en el auditorio a mayor gloria
de la Diputación Provincial. Agradecemos así mismo a Caja España – Caja Duero,
o lo que sea, que nadie lo sabe muy bien, su colaboración al cedernos este
local. Una y otra entidad, a solas o una junto a la otra, colaboraron siempre
en nuestras actividades y su ausencia como patrocinadores se nota también en
nuestra capacidad para programar nuevas actuaciones. Gracias, por supuesto, a
los trabajadores de esta sala por su ayuda técnica y a cuantos artistas están
colaborando gentilmente en dar contenido y brillantez a este acto. Y gracias,
naturalmente, a los miembros del jurado que este año han deliberado para
determinar los premiados. Premiados decimos porque en esta ocasión es un plural
en todos sus sentidos. Por primera vez y siguiendo sugerencias de los jurados
de años anteriores, hemos doblado el premio en dos modalidades, atendiendo una
a la trayectoria individual y otra a la colectiva. Nuestro propósito es seguir
en esa misma línea en próximas convocatorias, para las que les animamos ya a
presentar candidaturas.
Por último, y puesto que estamos en la ciudad
de León, aprovecharemos esta comparecencia para anunciarles también un par de
proyectos en los que trabajamos de cara a la próxima temporada.
Será en septiembre, coincidiendo
con el 40 aniversario de la afrenta contra Salvador Allende, cuando coloquemos
en el Museo de León la exposición de elaboración propia, en colaboración con la
Fundación Víctor Jara y la CUT de Chile, “Exilio y solidaridad. Carteles de
solidaridad con Chile 1973-1990”. Y será antes de que finalice el año cuando
ensalzaremos un poco más la figura de uno de nuestros premiados hoy, Manuel
Jular, a través de la exposición de los materiales que él elaboró a finales de
los años 70 para Mundo Obrero y para la revista Unidad Obrera de Comisiones Obreras. Con ello
recuperaremos parte de una memoria histórica que, cuarenta años después, nos
parecerá casi inédita. En consecuencia, queda rubricada aquí ante ustedes
nuestra voluntad de trabajo y de compromiso en la línea que ya ha quedado
expuesta hoy y demostrada a lo largo de los últimos cinco años. Muchas gracias.
Fotografía con Manuel Jular y las representantes de Titirimund |
Texto leído en la entrega del IV Premio Diálogo del Ateneo Cultural "Jesús Pereda", León 28 junio 2013
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