Las grietas y
socavones que se adueñan de nuestras calles y carreteras son un símbolo
evidente de cuanto nos ocurre y, de persistir en las mismas políticas, un
anticipo de cuanto está por llegar. Cuatro años de amputaciones sin resultados,
cuatro años de dolor sin la más mínima expectativa de que vaya a cesar. Más
bien al contrario, el producto de la poda no es otro que un déficit sin
gobierno posible, una deuda creciente, un crédito más que disminuido y un
empobrecimiento cuyo fin no podemos imaginar. Todo esto son hechos, no
opiniones, no palabras vanas, no florituras verbales. Hechos contrastados una y
otra vez hasta por el propio Gobierno, que nos vende ilusiones a plazo fijo
para desdecirse acto seguido y diferir sistemáticamente metas, plazos y
objetivos. Hechos contrastados por los sabios europeos e internacionales, que
conocen bien que no hay salida pero se obcecan en la contemplación de las
ruinas con fino sadismo. Hechos contrastados, en fin, por las doctrinas
económicas que ya avanzan escenarios de todavía mayor y duradera desdicha.
Y
nada, absolutamente nada nuevo sobre el empleo. Nada sobre la principal
inquietud de ciudadanos y ciudadanas. O sí, un par de apuntes que ilustran lo
perdidos que estamos. Por un lado, la Unión Europea ha aprobado un presupuesto
raquítico para el periodo 2014-2020, del que se desprende un fondo para
impulsar el empleo juvenil, con 900 millones de euros destinados a España.
Puesto que se trata de un fondo a siete años, en cada ejercicio nos llegarán
unos 130 millones de euros para ayudar a combatir el desempleo del 55% de los
jóvenes que quieren trabajar y no pueden. Esos 130 millones suponen, para que
entendamos la generosidad, la cuarta parte del presupuesto anual del Real
Madrid. Por otro lado, el Gobierno español insiste en lo que llama estrategia
de emprendimiento a modo de panacea, ignorando de nuevo que el futuro pasa
necesariamente por la estrategia del empleo asalariado, único soporte, junto al
crédito, a partir del cual pueden crecer todas las demás estrategias.
Sin
embargo, no se ha dado ningún paso en la línea de impulsar nuevos ámbitos
productivos que sustituyan a los ya periclitados. Esto es realmente grave pues,
como todos sabemos, con los mimbres que nos quedan de lo que tuvimos, es decir,
de ese modelo intensivo en el factor trabajo y de
medio o bajo valor añadido, si España no crece al menos al 2% no va a poder
generar ocupación neta. A tal respecto, baste recordar que las previsiones de
la UE anuncian que no habrá crecimiento en breve y que, de haberlo, será muy
ligero, siempre muy alejado de ese tanto por ciento. En suma, estamos a punto
de convertir las cifras de desempleo en una realidad estructural por mucho
tiempo.
Es éste un relato general que, trasladado a
nuestra provincia, explica las grietas citadas más arriba y que pronto serán
auténticos abismos. Anotemos un par de datos elocuentes. La población activa
leonesa cerró el año 2012 con 202.600 personas; de ellas, 154.500 ocupadas.
Enfrente, la población pensionada en alguna forma ascendió a las 141.851
personas. Esto es, poco más de 1 persona ocupada por cada pensionista, un
síntoma evidente de que estamos muy próximos a la muerte económica. De este
hecho no es ajeno, por supuesto, el hundimiento general, pero lo explica todavía
mejor la circunstancia particular de nuestra emigración: exportamos mano de
obra, en cuatro años 9.100 leoneses y leonesas se han tenido que ir al
extranjero, con lo que se llega así a la cifra total de 45.019 personas de León
residiendo fuera. Cabe preguntarse por cómo podrían digerirse las cifras
provinciales de desempleo si le sumásemos esa cantidad.
Pues
bien, sobre estas bases tan desoladoras, CCOO y UGT lanzamos este 1º de mayo
nuestro lema: “Lucha por tus derechos”. Una llamada de atención tan sencilla
como suficiente, pues son los derechos de ciudadanía más elementales los que se
desvanecen en medio de este sinvivir, con el derecho al trabajo en primer
término. No olvidamos tampoco que esa exhortación lleva implícita también la
exigencia de reactivación económica, el respeto a los convenios colectivos, la
demanda de una protección social sólida y más y mejor democracia. Con ese afán
tomaremos las calles para reivindicar y festejar igualmente esta fecha.
Publicado en Diario de León, 1 mayo 2013
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